domingo, 2 de enero de 2011

"PEPIÑO Y LA CHACÓN"


El pueblo español, nuestros conciudadanos, ¿se merecen que este señor miembro del Congreso de los Diputados, mencione burlescamente a dos ministros del Gobierno? Quizás sí, porque tomará parte del derecho que Rajoy tiene a la libertad de expresión. También puede considerarse que estas formas despectivas, se han sacado de contexto. Otros considerarán justificable estas formas de cortesía, cuando se encuentran fuera del Parlamento. Lo cierto es que se trataba en un acto privado de un partido, pero con la voluntad de que los micrófonos estuvieran abiertos para que otros escucharan los epítetos despectivos. En términos coloquiales, lo de “La Chacón” y “El Pepiño”, suenan muy mal, y en público es manifiestamente una falta de respeto. En este caso la voluntad de ofender, es difícil de disimular. Hay una explicación gramatical en el caso de Carme Chacón, y es que en catalán los nombres propios llevan el artículo: El Pere, el Jordi, la Montse, pero nuca el apellido. De todas formas no es el caso de Pepiño, que es un diminutivo de Pepe en tierras gallegas, donde allí no se utiliza el artículo con los nombres propios. Sin embargo, el diminutivo no es una fórmula de cortesía para mencionar en público a un ministro. Es posible que sea cuestión de sensibilidades. Nuestra democracia está ya muy madura y nuestros políticos se hacen entender mejor; aplicando las nuevas licencias que permite la estrenada gramática. La crispación en nuestra política es bronca porque nuestros parlamentarios no tienen recursos retóricos para subir si cabe la tensión dialéctica; utilizando expresiones creativas y sagaces que muestran la inteligencia y el cultivo de la oratoria política. Basta leer las crónicas parlamentarias de Luis Carandell para sentirse orgulloso de los parlamentarios de antaño. Pero volviendo a la malintencionada expresión de Mariano Rajoy, es posible que no suceda nada y que tenga que ser así, pero al político que yo vote para ser Presidente del Gobierno, en los temas del respeto y las formas, tolerancia cero. Y si al líder del Partido Popular, estas salidas de tono, piensa que le auparán a La Moncloa, es posible que tenga razón el alcalde conservador de Valladolid, que mantiene que el piropo machista que dedicó a Leire Pajín le dará votos.

Pedro Taracena Gil

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