miércoles, 16 de febrero de 2011

REDADAS CONTRA EL BOTELLÓN

Desde el 29 de julio de 2002, la Comunidad Autónoma de Madrid, viene aplicando la Ley del Botellón. Es el Cuerpo de la Policía Municipal quien lleva a efecto, las directrices de la Agencia Antidroga de la Consejería de Sanidad. Esperanza Aguirre es especialista en boicotear y torpedear la aplicación de las leyes que puedan colaborar al acoso y derribo de Zapatero. En este caso se trata de una norma que ella misma ha impulsado, pero sin mucha convicción. Hay infinidad de botellones distribuidos por toda la Comunidad, y las inspecciones y la acción de la policía solamente se mueve por impulsos, más concretamente a través de redadas. La formulación de las denuncias deja mucho que desear. Cuando la policía se hace presente en donde tiene lugar el evento etílico, se dan diversas circunstancias: No a todos se les pide la documentación. A los que se les toma los datos, no a todos se les hace el Boletín de Denuncia, y de aquellos que se les formula la denuncia aportando el documento legal, a pocos se les deja copia. Es decir que las formas jurídicas y legales para establecer una denuncian no se respetan. El denunciado no tiene constancia por escrito de que haya sido denunciado, hasta que no recibe en su domicilio el documento de ACUERDO DE INICIACIÓN DEL EXPEDIENTE SANCIONADOR, PROCEDIMIENTO SIMPLIFICADO. Más tarde se recibe la RESOLUCIÓN DEL EXPEDIENTE; presentando dos alternativas: asistencia a una jornada (2 horas) en materia de prevención de las drogodependencias o una multa de 300 €uros. Si la Ley Aguirre del Botellón se reduce a aplicar la ley de esta forma tan cicatera rayando la ilegalidad, el espíritu de la norma, si la tuviere se pierde por el camino. Pero la aplicación de esta normativa a partir de este año 2011, será realizada por el Ayuntamiento de Madrid. Y esta noticia es la que más me inquieta. Aguirre ha demostrado su nula vocación por invertir en la juventud madrileña: guarderías públicas, sí no es prematuro empezar por los bebés, colegios públicos, instalaciones deportivas públicas, alternativas al botellón, en suma. Pero que Gallardón, el alcalde con más vocación faraónica de España, y el municipio más endeudado del país, vaya a liderar una acción con la tentación recaudatoria de 300 €uros por persona, es para echarse a temblar.

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