domingo, 29 de enero de 2012

LA FARSA por Luis García Montero



Son malos tiempor para la justicia.

Vengan a ver la farsa, el decorado roto, la peluca mal puesta, palabras de cartón y pantomima.

Son malos años para la justicia.

Como el mar no es azul, los barcos equivocan la cuenta de sus olas. Como el dinero es negro, la moneda menguante de la luna ha pagado el recibo de la noche.

Son malos meses para la justicia.

Se citaron el crimen y el silencio, no descansan en paz los perseguido, el ladrón y el avaro se reúnen y la ley no responde a la pregunta de la bolsa o la vida.

Son malos días para la justicia.

Más de cinco millones de recuerdos naufragan con sus nombres en la cola del paro. Los vivos han perdido la memoria y los muertos no tienen donde caerse muertos.

Son malas horas para la justicia.

La política sueña una constitución en la que refugiarse. Los periódicos piden una buena noticia que llevarse a la boca. El poeta no encuentra las palabras que quiere para decir la verdad, reparación, historia, porque son malos tiempos, porque los tribunales se han sentado a cenar en la mesa del rico.

Vengan aquí y observen, es el tinglado de la nueva farsa, la toga sucia y el culpable limpio.

sábado, 28 de enero de 2012

CIUDADANOS DE EUROPA ¿QUEREIS SOBREVIVIR?


Por Isidoro Gracia Plaza
Exdiputado


Releyendo algunos párrafos de la traducción de Tierno Galván del libro “El ciudadano y Leviatán”, de Hobbes, he encontrado algún motivo para el optimismo. Encontrar razones para el optimismo, en medio de todo lo que nos está sucediendo, no es un tema menor, y yo soy de los que creen que hay que buscarlo en las fuentes de la única herramienta que puede sacarnos del pozo de la actual crisis: La Política. El libro justifica la creación del Estado y la acumulación por este de un poder absoluto, que, ejercido con el consentimiento de la mayoría, y mediante un razonable uso de la fuerza, nos proteja del miedo respecto de los demás y de otros actores ajenos a la República: la religión, el extranjero, la guerra, etc. Según Hobbes el instrumento es válido si sustituye el terror por sumisión y respeto. Como otros grandes pensadores parte de un buen conocimiento de sus conciudadanos y vecinos: “el hombre es un animal esencialmente egoísta, y la fórmula primera y fundamental del egoísmo es la supervivencia”. Por ello si quien detenta el poder absoluto al ejercerlo en vez de evitar el miedo lo produce, por lo que ocasiona la destrucción del acuerdo de cesión de su libertad por parte del ciudadano, o si traspone los límites de lo necesario, se convierte en un poder superfluo y por lo tanto el ciudadano verá su supervivencia amenazada. Hoy el papel de Leviatán insaciable, que está poniendo en riesgo la misma supervivencia de los Estados, lo están ejerciendo los mercados y sus verdaderos dueños, los grandes especuladores y que han traspuesto los límites, al quitarnos buena parte de aquello que asegura nuestra supervivencia, como la educación y la sanidad públicas, o como nuestros recursos para el futuro, es más que evidente, en consecuencia el poder de los mercados ya es un poder superfluo que nos está llevando a una guerra de todos contra todos. Una vez que los legítimos representantes de los ciudadanos, los Gobiernos Democráticos, tomen conciencia de que su propia supervivencia ya es más que precaria, tendrán que reaccionar y si no quieren que el Leviatán acabe con todos ellos, y además devore a sus voluntarios súbditos, deberán ser ellos los que acaben con el Leviatán, bien embridándolo fuertemente con normas (tasas y altas exigencias legales) o bien acabando físicamente con él (convirtiendo en delictivo todo lo que se relacione con los paraísos fiscales y la especulación ilimitada). De ahí mi optimismo, después de ver caer uno tras otro los gobiernos legítimos que les precedieron, los actuales tomarán conciencia de su situación, en especial si nosotros los ciudadanos empezamos a defender, por todos los medios, nuestro derecho a la supervivencia en libertad.

martes, 24 de enero de 2012

CENSURA EN EL PAÍS


Cuando un lector envía un artículo a la sección de Cartas al Director de un periódico, puede presentarse varias situaciones: 1. Que realmente no haya espacio para su publicación. 2. Que el contenido del escrito desborde la línea editorial del medio. 3. Que el escritor o periodista independiente, haga la competencia a los columnistas e incluso a los editorialistas del periódico considerado. No en pocas ocasiones los participantes en estas secciones de opinión, están mejor preparados que los firmantes de ciertos espacios considerados como profesionales especialistas. Censurados por la dependencia política y financiera del magnate o grupo de presión que lo sustenta, y 4. Que el escrito supere estos escollos y se publique. Mi experiencia personal con el diario El País, ha sido patente y meridianamente clara: Mi libertad de expresión ha encontrado el muro del Grupo Prisa. Ausente de autocrítica, un periódico con vicios anticonstitucionales y viviendo la interminable resaca de la borrachera de la Transición, inmodélica y antidemocrática. La prueba de fuego ha sido el blog sobre LA PROSTITUCIÓN EN LA PRESA EL PAÍS. La línea de negocio mantenida a ultranza sobre LA PROSTITUCIÓN en sus páginas, ha descalificado no solamente al ente en su integridad, sino a todos sus profesionales, que aunque amordazados por los Polanco y los Cebrián, son cómplices de esta perversión.

domingo, 22 de enero de 2012

"El grito en el suelo" Por JOAQUÍN SABINA

HEMEROTECA DEL DIARIO PÚBLICO

Público es una línea que nunca canta bingo,

Público es una mosca cojonera en Babel,
Público es mi tribuna bocazas del domingo,
Público es un milagro de tinta y de papel.

Público es mi vacuna, mi verbo, mi trinchera,
Público es una lágrima que moja el corazón,
Público es un semáforo desnudo en la escalera,
Público es la metáfora de la diosa razón.

Público es mi trabajo, mi verso, mi familia,
Público es mi Roberto Alcázar, mi Pedrín,
Público es una esdrújula con fobias y con filias,
Público es mi chaleco antibalas, mi bombín.

Público es el cuaderno de mi cuaderna vía,
Público es mi Jack Daniels a la hora del té,
por suerte no soy Cela, ni Losantos, ni Ussía,
ni canto por cantar ni escribo en ABC.

Público es mi Wyoming, mi Luis García Montero,
mi Nativel, mi Gibson, mi Garzón, mi Maraña,
mi futuro imperfecto sin putas ni toreros,
Público es un paréntesis entre las dos Españas.

Público es lo privado plural y compartido,
Público es una plaza pública en Lavapiés,
Público es la memoria vicaria del olvido,
Público es el botín de Botín al revés.

Público es una guerra que libra otra batalla,
Público es una falla que arde sin redención,
Público cuenta cosas que en privado se callan,
Público okupa un hueco que hay a mi alrededor.

Público es un anónimo con nombre y apellidos,
Público es una cuenta que no sabe contar,
Público es el aroma de lo nunca vivido,
Público es el marido de fulana de tal.

Público es un breviario que el alma necesita,
Público es un notario que sube al autobús,
Público es un calvario para el ario cainita,
Público es un don nadie que hace un órdago al mus.

Público es una nota que derrota un agravio,
Público es un periódico que no quiere mentir,
Público es una brújula, un faro, un astrolabio,
Público es un resabio que no puede morir.

sábado, 21 de enero de 2012

FRAGA "HOMBRE DE ESTADO" INSULTO A LA INTELIGENCIA

Los funerales de la vergüenza

A estas alturas de la historia de la democracia española, no es preciso ser docto en ninguna ciencia social para constatar que el paso de la dictadura a la normalización constitucional, consagró la impunidad de los crímenes franquistas; sumiendo en el olvido a las víctimas del exterminio que comenzara la tarde del 17 de julio de 1936. Una injusticia latente que se perpetúa día tras día. Tampoco es necesario ser jurista, el serlo en algunos casos es perverso, para entender que el Estado tiene una deuda contraída con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por Naciones Unidas, el año 1948. Por mucho entramado jurídico en el cual nos queramos enredar, la piedra angular, especialmente perversa está en manos de quien debiera dar el primer paso, para que España asumiera su pasado sin dejar a nadie en las cunetas. Como lo han hecho todos los países que han tenido un pasado protagonizado por un tirano y sus secuaces. Sin que ningún estúpido hipócrita se escandalice y se queda desnudo rasgándose las vestiduras, es el Rey de España quien debiera ser el primero que arrojara la primera piedra contra la impunidad, rompiendo las barras de la prisión donde ficticiamente se cree que está preso. ¿Qué sucedería si un buen día el rey reconociera que la II República se dotó de una Constitución, tan legítima como la Constitución que le ciñó sobre sus sienes la Corona de España? Los franquistas y sus herederos legítimos, es decir, el Partido Popular, la Iglesia y el capital, se apresurarían a exclamar que el rey se había vuelto loco. Esta declaración no restaría un ápice su legitimación como Rey de España, aunque la venida de la República, conllevara la huida de su abuelo el rey Alfonso XIII. Pero ese día de autos, el rey no conforme con esta declaración añadiría que condenaba expresamente la dictadura franquista en todas sus acepciones. Aunque fue el dictador quien instauró la monarquía borbónica en España, fue la Constitución de 1978 la que le hizo monarca constitucional. Y si el Presidente del Gobierno elegido por el pueblo no firmara las leyes, no serviría para nada la sanción real. Es evidente que este sueño, por ahora, no es verosímil. Son demasiados intereses en juego y demasiadas manos ensangrentadas de demasiados victimarios. La puesta en escena del solemne funeral al franquista Fraga, cuasi de Estado, con todos los honores en la catedral de Santiago de Compostela, es un esperpento, una hipocresía y la consagración de la perversión del nacionalcatolicismo. La Memoria Histórica ha sido una vez más mancillada. Es la vergüenza de la nefasta Transición que se proyecta a través de los tiempos. Salvo honrosas excepciones, como la izquierda más genuina y el diario Público, el resto han celebrado el evento como si la Constitución hubiera sepultado a la dictadura. Un franquista por la Gracia de Dios, como lo fue su Caudillo, se convierte en un hombre de estado. Lo más grave es que esta farsa es la que se cuenta en las escuelas públicas y privadas. Sin llamar la cosas por su nombre.


LOS AFECTADOS POR EL TERRORISMO RECIBEN MÁS PRESTACIONES QUE LOS REPRESALIADOS POR EL FRANQUISMO

HEMEROTECA PÚBLICO



Víctimas y memoria selectiva

21 enero 2012

Rafael Escudero Alday
Profesor titular de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid

En septiembre de 2011 se aprobó la Ley de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, que mejoró sustancialmente las prestaciones y ayudas contenidas en la de 1999. A su vez, la última legislatura ha confirmado el fracaso de la Ley de Memoria Histórica de 2007, incapaz de garantizar los derechos de las víctimas del franquismo mientras sus victimarios se mueren en la cama. Una ley que actualmente se encuentra a merced del Gobierno y de la mayoría parlamentaria de una derecha reacia a condenar el franquismo y reparar a sus víctimas. La Ley de Víctimas del Terrorismo parte del carácter político de la violencia terrorista, la cual busca “subvertir el orden constitucional”. En consecuencia, la reparación y restitución integral no ha de limitarse al plano personal y familiar, sino que debe extenderse al ámbito político y, por tanto, colectivo: reconocer a sus víctimas como una referencia ética para el sistema democrático, al simbolizar la defensa de la libertad y del Estado de derecho frente a la violencia terrorista y constituir una herramienta esencial para su completa deslegitimación. De ahí que en la ley se hable no sólo de justicia y dignidad, sino también de memoria e, incluso, de construir un relato de “memoria colectiva” que contribuya a difundir los valores democráticos. La argumentación es impecable. Pero, lo que repugna a la cultura democrática es que este planteamiento no se llevara a cabo hace apenas cinco años cuando se legisló, con más sombras que luces, la restitución de la dignidad de las víctimas de la dictadura. Conscientemente se evitó hablar entonces de memoria histórica, utilizándose en cambio los conceptos de memoria personal y familiar, para extraer así del imaginario colectivo el relato de los daños sufridos por quienes defendieron la democracia frente al golpe de Estado franquista. Unas personas cuya victimización también se debió a razones políticas. ¿O es que no fueron reprimidos por sus ideales democráticos y lealtad a la causa republicana? Entonces, ¿no merecen un reconocimiento institucional al más alto nivel como ejemplo y enseñanza para las generaciones venideras? Esta diferente concepción tiene consecuencias en el estatuto jurídico de unas y otras víctimas. Las medidas dirigidas a las víctimas del terrorismo superan en cantidad y calidad a las reservadas para las del franquismo. De entrada, en términos económicos, ya que la indemnización por daños sufridos es manifiestamente superior en el caso de las primeras. Además, la ley de 2011 incorpora un amplio catálogo de prestaciones de carácter sanitario, psicológico, educativo, laboral y social, así como un reconocimiento de tipo institucional y simbólico que incluye la realización de actos oficiales de conmemoración, el otorgamiento de los más altos honores del Estado, la creación de un centro para la memoria o la solemne declaración de un día de recuerdo y homenaje. Este catálogo brilla por su ausencia en el caso de las víctimas de la dictadura. A sus allegados –que también son víctimas– no se extienden las prestaciones de las que sí son beneficiarios los familiares de las del terrorismo. Lejos está el Estado español de satisfacer las obligaciones internacionales que le incumben en cuanto a las víctimas de graves violaciones de derechos humanos: verdad, justicia y reparación. El relato de la democracia española cuenta con otro importante vacío, como es el relativo a la violencia política producida en los años posteriores a la muerte del dictador; una violencia cuyas cifras en términos de muertes, daños físicos y psíquicos, torturas o detenciones ilegales contradice abiertamente esa imagen “modélica” de la Transición vendida durante muchos años por la intelligentsia oficial. Fueron muchos los atentados contra los derechos de las personas cometidos con una clara intencionalidad política (generar un clima de terror que paralizara el proceso democrático) y llevados a cabo por agentes del Estado, de sus fuerzas de seguridad o por personas y grupos parapoliciales amparados o tolerados por aquellos. El sufrimiento de sus víctimas ha permanecido oculto durante mucho tiempo debido al contexto de impunidad que presidió tales acciones e impidió su investigación. Todavía hoy faltan instrumentos legales que rehabiliten su memoria y reparen el daño causado. Por un lado, la Ley de Víctimas del Terrorismo niega el carácter de “terroristas” a buena parte de las acciones violentas realizadas en ese periodo; por otro, la Ley de Memoria Histórica ampara a estas víctimas de una manera exigua y reducida, limitándose a regular una indemnización por muerte o lesiones incapacitantes ocurridas hasta octubre de 1977 y ocultando lo sucedido en años posteriores. En suma, no hay razones que justifiquen un estatuto diferente de las víctimas de unas u otras graves violaciones de derechos humanos. Hechos de igual gravedad y similar motivación han merecido una respuesta legal diferente, rompiendo el principio de igualdad de trato consagrado en la Constitución. Además, la menor protección de las víctimas del franquismo agudiza su desamparo y contribuye a garantizar la impunidad de unos crímenes que son, al igual que los del terrorismo, imprescriptibles. Mientras el relato de todas las víctimas no tenga cabida y reconocimiento en el espacio público, el de la democracia española será un discurso incompleto o, lo que es peor, selectivo.

viernes, 20 de enero de 2012

HEMEROTECA ABC


Cuando el baúl de los horrores es inagotable...





LA DICTADURA CONTRA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DE PRENSA

Constituye una buena noticia la digitalización de la hemeroteca de este periódico resistente al despotismo del general Franco.
Sin olvidar que el máximo exponente de la censura durante un largo espacio de tiempo, fue Manuel Fraga Iribarne, ministro estrella del franquismo en la cartera Información y Turismo.



jueves, 19 de enero de 2012

EL FRANQUISMO GOZA DE EXCELENTE SALUD

Por Pedro Taracena
Los trabajos de Vicenç Navarro, reflejan y denuncian la verdad sustraída a la Transición. En términos más populares detectados por el vulgo no solamente español, sino del mundo democrático, es preciso desenmascarar esta patraña que consiste en mantener, que la Constitución consensuada fue el pacto del olvido. Y sobre todo garantía de la impunidad de los crímenes del franquismo. En primer lugar la Corona. ¿Por qué no condena el franquismo? Porque la dictadura de Franco y la instauración de la monarquía tienen la misma base y el mismo origen. El golpe de estado que derrocó a la República. Franco se convirtió en la piedra angular del nuevo sistema. Rechazo de la República y proclive de la monarquía albergue de caciques. La Constitución de 1978 se erigió sobre la misma legalidad y legitimidad que la II República, pero Juan Carlos I se refugia en su trono recuperado, omitiendo dos requisitos que le reconciliarían con el pueblo y con la Historia: Reconocimiento de la legitimidad de la República y la condena de la dictadura. De esta manera se distanciaría de la dictadura y de Franco, y se acercaría a las víctimas de la Guerra Civil provocada por el golpe que derribó la República y de los que sufrieron la dictadura. No hay argumento que pueda hacer esta verdad cuestionable. Aunque se han vertidos chorros de tinta para justificar esta situación como la única posible. Y como consecuencia el tejido social emanado de esa falacia, fue constitutivo de la nefasta Transición. Los tres poderes del Estado han estado y están contaminados de esta perversión. Todos los partidos políticos que tejieron el entramado de la transición, por mucho que ahora la izquierda más significativa, quiera despegarse del bloque constitucional, han optado por unas posturas colaboracionistas con el franquismo. Los medios de comunicación han sido auténticos heraldos; loando la Transición como la panacea de la salida de cualquier régimen despótico, que haya que reconvertir en una modélica democracia. No obstante, el diario Público es objetivamente hablando, una parcela de reivindicación de la Memoria Histórica, sin complejos ni prejuicios. A pesar de ello, hay demasiada gente embarcada en esta mentira. El franquismo se halla incrustado en todas las capas de la sociedad española. Sobre todo es más visible en el Partido Popular, legítimo heredero, que hunde sus raíces en el seno de la dictadura, teniendo como cordón umbilical a Fraga, su fundador. Despedido de este mundo con alabanzas y la discreción de todos, a excepción de Izquierda Unida. Igual que en el caso de la Corona, el PP jamás condenará el régimen de Franco por ser afín a sus principios e intereses. Los tres poderes del Estado han tenido la oportunidad de manifestar su militancia franquista, más o menos explícitamente. El poder judicial procesando a un juez por tratar de investigar el genocidio franquista. El poder legislativo por no condenar la dictadura, y el poder ejecutivo por no romper con la farsa de la reconciliación entre los españoles, derogando leyes que ya no son conformes con la Justicia Universal. Hay acciones del Gobierno socialista que han ido en sentido contrario, cuando ha pactado con los franquistas (PP), mutilar la legislación española en esta materia, para beneficiar a países cuyos regímenes no respetan los derechos humanos. Ejemplos: China e Israel. En la medida que aumente la valentía y el arrojo del pueblo, las mascaras de los franquistas irán cayendo vencidas por la vergüenza, incluyendo la del Rey de España.

LOS COMIENZOS DEL DESPOTISMO

ASÍ COMENZÓ NAZISMO Y FASCISMO

Por Isidoro Gracia Plaza Exdiputado

Es conocido que los nazis llegaron al poder ganando elecciones, es decir con el apoyo de una mayoría de ciudadanos que se expresó democráticamente. Con el uso de los entonces más modernos métodos de comunicación fueron impregnando a la opinión pública, que estaba sufriendo la crisis económica derivada del crash de la bolsa americana de 1929, que se traslada al mundo occidental, y al colapso bancario consecuente que se extiende por Europa durante1931, de que solo existe una única alternativa, la del ejercicio del poder de forma absoluta por unos partidos muy determinados y que la culpa de todos los males la tiene algún enemigo próximo. También los fascistas italianos ganaron sus elecciones usando propaganda y violencia e identificando a los “culpables”. Posteriormente con el ejercicio sin escrúpulos desde el gobierno del poder obtenido, también con el aplauso de la mayoría de sus ciudadanos (con el temor de algunas minorías más lúcidas), emitieron normas que intentan eliminar el pensamiento crítico, la quema publica de libros o los ataques a los medios de comunicación y de transmisión de cultura que no comulgan con sus ideas son un ejemplo, las normas y tribunales que proponen el encarcelamiento y “reeducación” de los opositores es otro bien claro. La actual crisis, tanto en su nacimiento como en su evolución, es un caldo de cultivo muy parecido al existente en el comienzo del proceso en el siglo pasado. Las tesis del pensamiento único y su impregnación en la opinión pública, mediante los actuales y mucho más potentes métodos y medios de comunicación, también guardan un paralelismo evidente. Por último la venta, hasta la nausea, de que no hay más que una alternativa válida es aún más clara, en este caso la alternativa a aplicar es aquella que dicten los mercados y que el culpable es el otro (el inmigrante, el vecino no deseado o el líder del partido adversario) también se repite. El crecimiento electoral, en toda Europa, de los partidos de extrema derecha, con bases nacionalistas hasta la xenofobia y tintes confesionales, indica hasta qué punto ha calado su discurso en los ciudadanos azotados por una crisis de la que no aceptan su parte de responsabilidad, descargándola en los rumanos en Francia e Italia, los gitanos y emigrantes en otros muchos países, o de los antiguos dirigentes en casi todos, incluida España. En Hungría han dado un paso más y ha aprobado una Constitución, por mayoría de 2/3 del Parlamento, que recupera una religión oficial, la cadena perpetua, la supeditación del poder judicial al ejecutivo, la limitación de la libertad de prensa, la intromisión casi sin límite en la economía y moral privadas, etc., al tiempo que el gobierno actual identifica a los culpables de su crítica situación económica: los comunistas y los estados vecinos donde existen amplios colectivos de húngaros emigrados. ¿Y en España qué?, pues aparte de tener bien identificado al culpable de todo, un discurso xenófobo arraigado en amplias capas de población, el mantenimiento de discursos pro y anti catalanistas, o pro y anti vascos, o pro y anti españolistas, la declaración de intenciones de reponer la cadena perpetua, eliminar derechos civiles y la última ocurrencia de encarcelar a los que no acepten las tesis económicas del actual gobierno, poca cosa más.


lunes, 16 de enero de 2012

EL BEATO FRAGA

Apertura del proceso de beatificación de Fraga

La figura de Don Manuel Fraga Iribarne, se agranda cada día como uno de los artífices del paso de la dictadura a la democracia, en la España heredada de Franco. Sin embargo, pasada ya la resaca de la poco o nada modélica Transición, son escasos los políticos y menos los medios de comunicación que le colocan en el lugar que le sitúa la Historia con mayúscula. Su actuación política, sin abandonar el despotismo que siempre le acompañó, le acredita y le reconoce, tanto en el régimen del Movimiento Nacional, como en la monarquía parlamentaria. Como un político que luchó por restaurar en España un régimen democrático sin condenar la dictadura franquista de la cual él mismo fue arte y parte. Y esta paradoja es inasumible ante un análisis honrado del acaecer histórico. En el pacto constitucional las víctimas del genocidio franquista quedaron al margen. Los franquistas como Fraga apenas cedieron terreno y la izquierda venida de la pérdida de la Guerra Civil, del exilio o de soportar la dictadura, se arrogó la representación del resto de los vencidos, y éstos quedaron donde estaban sus muertos, en las cunetas, al margen del poder en brazos del olvido. El esperpento político llamado Fraga sólo encuentra coherencia en el seno de la Iglesia y en el nacionalcatolicismo. El ministro de Franco, que era Caudillo de España por la Gracia de Dios, donde encuentra su legítimo reconociendo es en la apertura del proceso de beatificación y canonización. Por la vía de urgencia como su predecesor Josemaría Escrivá de Balaguer. Monseñor lo escribía así, Josemaría. Si bien en el terreno político es fácil su condena por no condenar. En los temas del más allá, por muchos abogados del diablo que se opongan a su beatificación, Don Manuel, saldría exculpado porque ha cosechado al lado de Franco toda clase de méritos, honores y virtudes cristianas. Prestó sus servicios y su complicidad a un régimen dictatorial, confesional y genocida. Su vocación de falangista, de ser de cintura hacia abajo fraile y de cintura hacia arriba guerrero, le hizo militante destacado de la patria nacional y católica que llevó a cabo la Santa Cruzada. Sarcasmo religioso bendecido por la Iglesia, que sin duda le elevará a los altares tan pronto como le postulen.


domingo, 15 de enero de 2012

FRAGA HA MUERTO

Españoles: Fraga ha muerto

Réquiem por un español

Manuel Fraga Iribarne nació en Villalba (Lugo) el 23 de noviembre de 1922. Su brillante biografía está a buen recaudo, a través de sus camaradas del régimen de Franco. Pero mi análisis está hecho desde el otro lado. Es decir, tratando de objetivar su destino si en lugar de una transición consensuada, hubiera habido una ruptura democrática. Donde se cuestionara hasta el mismo sistema monárquico. Ruptura como la hubo en Portugal con la Revolución de los Claveles, o en Grecia con el referéndum que trajo la república. Dicho de otro modo, una respuesta política que no hubiera obviado los crímenes de la dictadura; dejándoles impunes.

El falangista Fraga aportó su saber hacer al gobierno de Franco, en aquella tiranía impuesta por la victoria de una guerra civil, provocada por un golpe de estado cruento, que derrocó el régimen legal y legítimo de la II República Española. El exterminio franquista que los tiranos denominaron Alzamiento Nacional, por la gracia de Dios, se convirtió en la Santa Cruzada. Este otro insigne gallego, escribió como libro de texto una Estructura política de España, que personalmente tuve que estudiar. Allí ensalzaba las bondades del Movimiento Nacional y las glorias imperiales desde la conversión de Recaredo en el año 587. Como titular de Información y Turismo se convirtió en el ministro estrella del Caudillo, y látigo inquisitorial mediante la censura. Más tarde fue embajador en el Reino Unido. En Londres se enamoró del bipartidismo y sin lugar a dudas, aprendió a dar los primeros pasos en democracia.

Muerto el dictador, Fraga como heredero del franquismo, es nombrado Ministro de Gobernación (actual Interior), y demostró que era un genuino franquista; aportando aquellas amenazas de que: “La calle es mía”, en alusión a las muertes ocasionadas por revueltas reclamando libertad y democracia. Se convirtió gracias al milagro de la Transición, no sólo en demócrata de toda la vida, sino en Padre de la Constitución. Fue profeta en su tierra, presiente de Galicia y senador. En todo momento se ha comportado como un converso constitucionalista, aunque fosilizando el texto constitucional. Aunque él mantuvo siempre sus formas despóticas. Fundador de una asociación política en el franquismo tardío, que luego se convertiría en Alianza Popular y por último en Partido Popular, es el partido que le ha aclamado y venerado hasta el fin de sus días. La fidelidad de Fraga a sus principios, genio y figura del franquismo, le ha conducido hasta la sepultura. Ha muerto pensando que la dictadura y la democracia, no solamente eran compatibles, sino que han traído la concordia y la reconciliación entre los españoles. Cuando se presente ante el Dios del Valle de los Caídos, será acogido en el mismo seno que el dictador Franco y el falangista José Antonio. Falange fue la versión española del fascismo, bien visto por la Iglesia. Es la hora del reconocimiento de la Santa Cruzada, del nacionalcatolicismo y del nacionalsindicalismo. Acudirán al sepelio la ingente prole de franquistas. La Iglesia con el mayor boato que permita la resucitada liturgia latina, rendirá culto a uno de sus hijos más insignes. Las instituciones del Estado representadas por los políticos, se someterán al protocolo obligado. Y sus víctimas guardarán silencio al menos en esos días, en los cuales el muerto, siempre era una buena persona. El Rey enviará sus condolencias al Senado, recordando que antes de que el pueblo ratificara la Constitución, Francisco Franco había escritos el destino de ambos. La Historia no puede olvidar que entre los poderes que ostentaba el Caudillo, era el de hacedor de reyes. Y así fue. El infante se convirtió en rey. Mientras el franquista Fraga en ministro, en diputado, en presidente de Galicia y en senador. Sin renunciar y mucho menos condenar la dictadura, legado del generalísimo Franco. Que en paz descanse.

miércoles, 11 de enero de 2012

DESENMASCARANDO AL PAÍS


Opinión a fondo: "Actor cultural emancipador"
11 enero 2012

Ariel Jerez
Profesor de Ciencia Política de la UCM

El concurso de acreedores de Público amerita una reflexión en la débil izquierda española. El riesgo de que desaparezca dejaría informativa y culturalmente huérfano un campo progresista que en los últimos años empezó a tener perspectiva para cuestionar algunos de los “bien atados” que dejaron Franco y la élite política de la Transición. El sugerente libro Sistemas Mediáticos Comparados, de Hallin y Mancini, caracteriza el modelo de pluralismo polarizado de los países mediterráneos, donde el alto grado de compenetración entre partidos políticos y grupos mediáticos instrumenta los discursos con especial estridencia ideológica en las disputas políticas, lo que dificulta el distanciamiento y la neutralidad deontológica que deberían orientar a los periodistas al valorar el interés común y la justicia en la esfera pública de una democracia. En el caso español, la información académica utilizada por estos autores les hace valorar escasamente el peso que el largo franquismo tuvo en la conformación de la esfera pública moderna, modelando cuestiones tan centrales para la reproducción cultural como las escuelas de periodismo y la fase electrónica de la comunicación (radio, cine, tv). Su interpretación asume la perspectiva acrítica de la “transición” comunicacional haciendo evidente que conocen superficialmente la historia de El País (PRISA). A este diario adjudican el lugar del periódico progresista que confronta con la derecha, equiparándolo en su esquema comparativo con cabeceras italianas como L’Unitá o La Repubblica, o las francesas Libération o L’Humanité, cuando en un mercado mucho menos plural su línea editorial en ningún momento ha defendido el control público de la economía, el gasto social y los derechos de las personas trabajadoras. Y sí, en cambio, ha demandado y saludado de manera sistemática privatizaciones, flexibilización laboral, desregulaciones y recortes, cuestiones de las que no fuimos muy conscientes hasta que en 2007 apareció Público. El intenso accionar de esta nueva cabecera en su escaso quinquenio de existencia no está siendo del todo evaluado. No existe una clara conciencia del sutil papel que juega sobre el difuso campo progresista ni sobre públicos activos socioculturalmente que, aunque minoritarios, son clave en la promoción de causas y movimientos democráticos emancipadores. Desde que Público está todos los días en los kioscos, los planteamientos empujados por estos tejidos sociales han ganado profundidad argumentativa para el debate cotidiano (el de la barra del bar) y su reverberación informativa en televisión ha vigorizado un alicaído discurso progresista impotente ante la brunete mediática de nuestros neocons nacionales. En sus páginas se están tratando temas hasta ahora tabú, como la República (con desafío informativo a la monarquía desconocido en Madrid en las tres décadas de democracia) y la memoria de las víctimas del franquismo (desplegada sobre los derechos humanos y la justicia aún no asumidos por una sociedad todavía traumatizada). Por primera vez un medio de tirada nacional se ha atrevido a modular información que cuestiona los costrosos prejuicios identitarios, abordando cuestiones informativamente asfixiadas por una perspectiva españolista inconsciente de su prepotencia. La inevitable interculturalidad que requiere la deseada España plural necesita voces claras para explicar desencuentros lingüísticos, la necesidad de una salida dialogada a ETA, los datos y razones que están detrás de un modelo territorial fallido y necesitado de revisión. La dirección editorial de Público promueve una pluralidad de voces en sus columnas y espacios de opinión que sin duda está ampliando el espacio de reflexión común de izquierdas sociales y políticas. La clara consigna de Vicenç Navarro de “bienestar insuficiente” y “democracia incompleta”, vinculadas a las ventajas obtenidas por el campo conservador durante el franquismo y la “transición inmódelica”, pone de manifiesto semanalmente las tareas pendientes de la autocomplaciente socialdemocracia española. Las iniciativas de movimientos mediáticamente marginados como el laicista, estudiantil o el de conocimiento abierto en la red han ganado un generoso espacio en reportajes y artículos de opinión. Las intocadas industrias culturales y la SGAE son criticadas por su mal gobierno en una coyuntura de cambio tecnológico, lo que gana contraste con informaciones sobre otras realidades de creatividad colaborativa independiente de insoslayable valor para la cultura democrática y sostenible. Entre ellas, se podría incluir las colecciones de clásicos de la narrativa española del exilio y de la literatura política universal incluidas los fines de semana a bajo coste, que al tiempo que ponían en las manos de los lectores importantes autores para pensar nuestro tiempo pasado y presente, dejaban en evidencia el afán meramente lucrativo de los coleccionables promovidos por otros periódicos. El comunicado del colectivo editorial de Diagonal en apoyo al periódico puede que sea la primera muestra de reconocimiento de la izquierda social radical a un medio de prensa convencional. A fines de los noventa, un libro de exitosa circulación interrogaba a las ciencias sociales latinoamericanas jugando con los términos Cultura Política y Políticas Culturales donde Álvarez, Dagnino y Escobar hacían una reflexión crítica de la noción de cultura política exportada desde Estados Unidos al mundo, normalizando como públicos democráticos al norteamericano medio, apático y centrado en el consumo y la vida privada. Por el contrario, estos autores daban claras pruebas de que las mayores aportaciones a las transformaciones democráticas las habían potenciado las prácticas culturales de los movimientos sociales y su capacidad de promover políticas culturales de nuevo cuño con los nodos más avanzados de la sociedad civil. Público juega generosamente un papel de centrocampista repartiendo juego al primer toque en la disputa ideológico-discursiva de los últimos años. Sin duda está colaborando con la esperanza del 15-M, removiendo la indignación surgida en nuestro país para el mundo. Por eso los tejidos sociales activos debemos tener el claro compromiso de apoyar las iniciativas de sus trabajadores para dar viabilidad a un diario fundamental en los años venideros.

sábado, 7 de enero de 2012

SALVEMOS A PÚBLICO

Pocas loas puedo añadir al contenido de un diario que ha sido capaz de dar una respuesta periodística al español del siglo XXI. Ha venido a cubrir un espacio que estaba vacío desde siempre en la joven democracia española. La pluralidad ideológica de la que goza nuestro Estado de derecho debe reflejarse en la libertad de expresión en los medios de comunicación. El espectro de información que tenemos en España lo forman un conglomerado de medios, unos venidos de la dictadura, demócratas conversos, otros han surgido en el seno de la Constitución de 1978. Todos ellos disputan su independencia, sin aclarar a qué o a quién deben la no dependencia de nada y de nadie. Efectivamente esa independencia es una falacia. Los medios de comunicación disponen de una estructura de poder, con la peyorativa apelación de cuarto poder. La línea editorial del medio se comporta como el cuarto poder del Estado, cuando desea controlar la agenda del Gobierno y exigirle la información que ellos determinan que es la demandada por el ciudadano; buscando la noticia exclusiva y excluyente o el titular más comercialmente impactante. Todo ello con total ausencia de autocrítica. Dos vertientes terminan configurando la independencia de los medios. Su financiación, recursos propios, publicidad y lectores, y la ideología que constituye la esencia de su actividad y objetivo. Estas dos servidumbres entran en conflicto cuando de la independencia se trata. Los directivos deben rendir cuentas a quienes les pagan, y no pueden salirse del guión establecido. Mientras el cuarto poder desarrolla su actividad en la bonanza económica se produce una sincronía perfecta, entre los medios y los partidos políticos afines; formando una polea de transmisión de conveniencia, engrasada por la autocomplacencia y la nula autocrítica. La pluralidad de partidos políticos entronca en la pluralidad de los medios. No es así en relación con la pluralidad de la sociedad. Antes de llegar Público a nuestros quioscos, surgió de forma fugaz Liberación. Los medios de comunicación reflejaban las tendencias comprendidas, desde la extrema derecha al centro. En esa época aún presente la fiebre de los nuevos demócratas antifranquistas, tanto la derecha como la izquierda, se disputaban el centro. Para la derecha suponía su eterno viaje a Ítaca y para la izquierda la imagen de moderación necesaria para no asustar a nadie. Pero las sensibilidades de los ciudadanos despojados a sangre y fuego de la República, perdedores de la Guerra Civil, masacrados durante la dictadura, otros convencidos de que la Constitución no puede dejar impune el genocidio, y un grupo nada despreciable que se plantean legítimamente que la Transición lejos de ser modélica, fue un apaño para que los franquistas se perpetuaran en la democracia. Ese espacio de reivindicación republicana, progresista, de izquierda solidaria y de la Memoria Histórica, fue ocupado por el diario Público. El problema surge cuando la economía entra en crisis y los financieros que dar soporte a las empresas periodísticas, se ven avocadas a solicitar concurso de acreedores (suspensión de pagos). Porque bajan las ventas, la publicidad se retrae y la financiación no llega. Los grupos oligarcas que soportan los medios más conservadores, no renuncian a que su ideario llega cada mañana a los puestos de venta. Si la publicidad y las ventas merman, no dejarán caer al medio porque su objetivo no es informar, sino divulgar su ideología y sacar beneficio de ello. Sin mencionar cabeceras de periódicos, muy pocos dejarán de existir. En estas circunstancias el cuarto poder se manifiesta con su verdadera identidad. En el caso de Público, sólo tiene el soporte auténtico que es la esencia de su existir; cumpliendo las funciones que le otorga la Constitución. Servir al derecho de la información veraz y completa. Cubriendo el arco ideológico que desborda el arco parlamentario mutilado por una ley electoral injusta y nada democrática. Si Público se salva, lejos de ser un milagro, será porque los españoles lo hemos deseado con decisión y ahínco ¡Salvemos a PÚBLICO!

viernes, 6 de enero de 2012

MANUEL FRAGA IRIBARME

Hemeroteca PÚBLICO

La Justicia argentina verá un informe sobre Fraga

El pacto constitucional dio lugar a la Constitución de 1978, pero no otorgó impunidad a los crímenes cometidos durante la dictadura. Si el Reino de España no investiga la Memoria Histórica, otro país soberano que haya suscrito el principio de Justicia Universal, sí puede hacerlo.



miércoles, 4 de enero de 2012

LOS JURAMENTOS DE LA HIPOCRESÍA

Las huestes beatas y piadosas de Rajoy han jurado ante un crucifijo su cargo como guardianes de la Constitución. Han jurado ante unos símbolos que representan a una España que ya no existe. Es una fórmula protocolaria que solamente satisface a los mismos de siempre. Evocación del nacionalcatolicismo. Han querido agradar a la Iglesia, compañera inseparable de la recalcitrante derecha. También han querido tranquilizar al capital siempre dispuesto a jugar su baza hipócrita de caridad frente al pueblo. En la ceremonia han adulado al Rey representante de la monarquía tradicional, que no olvidemos que apoyó la destrucción de la República en la figura de Don Juan de Borbón. Rubricando la escena, el crucifijo, que simboliza la perversión que del cristianismo hacen todos los que juran en vano. Para Rajoy y sus secuaces, les hace recordar su origen: maridaje Iglesia Estado del franquismo, alianza trono altar del golpe del 17 de julio de 1936, coautores de la Santa Cruzada. Con una mano en la Constitución y la otra en la Biblia, bajo la sombra macabra de la cruz y haciendo la venia al Rey, han interpretado una secuencia llena de fariseísmo. Es mentira que defiendan la Constitución porque la quieren fosilizada. Es mentira que asuman los preceptos eclesiásticos porque para ellos es la interpretación de un personaje. Los mozos de confianza de la cuadrilla de Rajoy han repetido los juramentos, interpretando la misma farsa. Son todos personajes sacados de la literatura del siglo XIX. El político conservador católico de banda y medalla en pecho y de teja y mantilla si se trata de una dama. La España que dicen representar, afortunadamente ya no existe. Ya nadie se ve intimidado por las penas del infierno y menos por las siniestras consignas de castración del sexto mandamiento. Los ritos sacramentales son autos públicos medievales, que encubren la falsedad de los símbolos de tul blanco con sólo ilusión de virginidad y pureza. Pero a Rajoy no se le puede pedir más. Las cosas las hace como Dios manda y gobierna por la Gracia de Dios, como todo caudillo que se precie. Es una vergüenza que nadie en España, ni la derecha ni la mayoritaria izquierda, hayan defendido nunca la aconfesionalidad del Estado. La Constitución no puede compartir mesa y mantel con la Biblia y menos con la cruz. Es una hipocresía que no se haya colocado a la religión en el papel que la Carta Magna le confiere. Si Valle Inclán no hubiera creado el esperpento, Rajoy y sus acólitos lo hubieran hecho. Ahora solamente les queda interpretarlo.


martes, 3 de enero de 2012

LA DESIGUALDAD ENTRE LOS ESPAÑOLES

La gestión del Estado de las Autonomías que hace el Partido Popular está plagada de insidias y desidias, y como consecuencia un atentado a la igualdad de todos los españoles ante la ley en derechos constitucionales. Mientras no han sido obligadas a responsabilizarse de su propia deuda, han defendido ante los ciudadanos que el mal resultado de la gestión de las transferencias de su competencia, era responsabilidad del Gobierno de España; constatando una grave y evidente desigualdad entre los españoles en derechos constitucionales como son: la educación, la sanidad y la dependencia. Hay comunidades que se potencia la segregación en la educación concertada y en otras comunidades la prohíben. Los libros escolares son gratis en unas y en otra no. Siendo la sanidad universal y pública, hay comunidades que alcanza cotas vergonzosas de privatización. Ante la crisis hay comunidades que no han hecho recortes y otras sí. Los facultativos de la medicina no se manifiestan en todas las comunidades por igual, luego el descontento es también desigual. Los profesores de no pocas comunidades han convocado varias huelgas y en otras ninguna. Mientras el Estado no exija un programa de mínimos en derechos constituciones común a todas las CCAA, los españoles no somos iguales ante la ley y menos ante la Constitución, que es la ley de leyes.


domingo, 1 de enero de 2012

JOSÉ IGNACIO WERT DE TERTULIANO MEDIÁTICO A MINISTRO DE EDUCACIÓN

Cuando el nombre de José Ignacio Wert saltó a los titulares de la prensa como ministro de Educación, Cultura y Deportes, vinieron a mi mente imágenes de este personaje camuflado como periodista tertuliano en televisión. Analizando el perfil de este sociólogo, su trayectoria en los medios y como consultor, es coherente que Rajoy haya contado con él para tres carteras en una. Sin embargo, con esta decisión el nuevo e ínclito presidente, ha demostrado el cariño y la pasión que tiene por la educación de nuestra juventud, poniéndola en sus manos. Sin duda su objetivo es hacer economía, es decir recortes. Gestionará las tres áreas dándolas la misma importancia y haciendo de ellas tres empresas privadas. El fantasma de la privatización se cierne sobre ellas sin miramientos. Su perfil de sonrisa forzada y con aires de cierta suficiencia, en nada favorece el diálogo con el universo de la educación pública. Pero este nombramiento merece un análisis más profundo de la implicación del cuarto poder y su afinidad con la política. El sociólogo Wert fue invitado a las tertulias de televisión como un periodista más, donde cada cual procede de un medio y se convierte en portador de su ideología. El nuevo ministro no sorprendió a nadie sobre qué ideología ostentaba en los debates. Pero lo perverso es que los medios públicos están convencidos de que esta representación de los medios presentes en el plató, son la expresión de la pluralidad política de España. Craso error no exento de mala intención. Allí solamente estaban los medios poleas de transmisión de los partidos; quedando sin representación el ciudadano de la calle. Durante el año 2011 hemos podido contemplar que una mayoría nada despreciable expresaban su indignación por no sentirse integrados en esta democracia formal plagada de vicios, y reclamaban Democracia Real ¡Ya! Ahora el nuevo ministro cosecha sus frutos de la propaganda que hizo del Partido Popular en los platós; recogiendo su premio a la fidelidad. Estas adulteraciones jamás son criticadas por el cuarto poder. Y en el caso que nos ocupa han estado arrogándose la idea de que son los únicos que representan la voz de la calle. Y su única representación ha sido la de los partidos políticos camuflados entre los tertulianos cuyo guión está escrito previamente. Con esto se demuestra que la política en todas sus formas y los medios de comunicación se disputan el cuarto poder, que consiste en amordazar al pueblo. Esta falta de honestidad, de democracia real en suma, nutre cada día más los movimientos como el 15 M. En la medida que la balanza que hoy está vencida hacia el lado de los manipuladores: política y medios de comunicación, vaya perdiendo peso y ganando los ciudadanos; descubriendo en la mentira que nos encontramos, la balanza se inclinará hacia el lado del pueblo; perdiendo votos sobre todo la derecha. Lo público irá ganado terreno a la especulación y lo privado. Estos movimientos están dando muchos quebraderos de cabeza a los políticos y presumo que darán mucho trabajo al nuevo ministro de Interior. Al menos su presentación fue un tanto amenazante. En esta legislatura la verdadera política se ha de hacer en las calles. El Parlamento está ocupado en otros asuntos ajenos al pueblo..

CARTA ANÓNIMA DE UNA MADRE A SORAYA SÁENZ DE SANTAMARÍA

Querida: Me hirvió la sangre, me chirriaron los dientes y me clavé las uñas en las manos cuando te vi el domingo en la televisión sonriendo a pantalla y vendiendo humo político mientras respondías a las preguntas diciendo “el crío”.
Antes de que creas que esta es una crítica gratuita de alguien que no comparte tus ideas políticas te diré que la hostilidad que me has provocado no tiene nada que ver con tu perfil político. Va por otro lado….y es mucho peor. Apuesto a que pensabas que aparecer públicamente en tu “trabajo” una semana después de dar a luz iba a ser considerado una actitud ejemplar, un modelo a seguir. Apuesto a que pensaste que cuando la gente te viera, iba a decir: Mírala, que responsable y que sacrificada…una semana después de dar a luz y ya está en su puesto de trabajo, dándolo todo por el país. Es una tía en la que se puede confiar porque es trabajadora y responsable”. Seguro que pensaste eso, y estabas tan contenta. Te voy a explicar lo que significa que tú estés currando a una semana de dar a luz. Voy a explicarte muy clarito las implicaciones que tiene tu sentido absurdo de la responsabilidad y tus ganas de pegar el careto. 1.- Conseguir que las mujeres tuvieran derecho a un permiso de 16 semanas para cuidar de sus hijos, ha costado mucho trabajo y esfuerzo. Ha exigido concienciar a los empresarios y empleadores de lo necesario que era ese periodo de tiempo para cuidar al bebe. Son 16 semanas, sé que se pueden hacer largas por propia experiencia, pero tampoco son un periodo tan largo como para que no hubieran podido pasar sin ti en tu supercurro. Que tu aparezcas a la semana de dar a luz en el curro…lo que dice es “las 16 semanas son superfluas…se puede volver a currar en cualquier momento”.
2.- Lamentablemente se supone que tú debes dar ejemplo…a alguien. Tranquila que no son muchas mujeres las que te tienen como ejemplo, pero igual que se supone que un político debe ser un ejemplo de honradez, una mujer en la política debería dar ejemplo de lo importante que es saber conciliar, esa palabra con la que os llenáis la boca todas. Tu ejemplo es, yo no sé conciliar y básicamente me la pela, dejo al niño y me vengo a repartir ministerios y limpiar las sillas donde estaban los otros y ahora van a estar los míos.
3.- Tu aparición recién parida dice: “Tengo que volver al curro rápido porque si no lo mismo cuando vuelva después del permiso al que legalmente tengo derecho me han quitado el trabajo”. Que traspasado a la gente normal quiere decir, si os cogéis el permiso que legalmente os corresponde…lo lógico es que cuando volváis os hayan dejado de lado en vuestro trabajo. 4.- Ya sé lo que me vas a decir…es que mi trabajo tiene unas circunstancias concretas, es importante, es vital. Si, ya sé… tienes el síndrome de “mi trabajo es darle al ON del sol para que la humanidad arranque cada día”..pero tengo malas noticias para ti: tu trabajo es exactamente igual de importante que muchos otros y mucho menos importante que algunos que se me ocurren. O me vas a decir que jugar a conspirar, dar ruedas de prensa, hacer interpretaciones torticeras de la realidad y mirar cuanto poder tienes en la cartera es más importante que por ejemplo ser cirujana de trasplantes, profesora, enfermera o cualquier otra cosa de esas que de verdad sirven para algo.
Aún así, lo importante de esto no es si tu trabajo es o no es vital para la humanidad, si tú estás contenta por mi estupendo. Lo grave es el mensaje que das: vosotras piltrafillas con vuestros puestos de cajeras, secretarias, comerciales, dependientas, administrativas de cualquier clase, ingenieras, arquitectas, ópticas, químicas, físicas…, podéis tener un permiso de 16 semanas porque al fin y al cabo vuestros trabajos son poco importantes…yo como soy guay y quiero ser más guay todavía no puedo cogerme esas 16 semanas. Es decir, “si queréis tener un buen trabajo de responsabilidad y que os respeten…amigas...no os cojáis la baja de maternidad”.
Años de pelear por algo a la puta basura por tu afán de protagonismo.

5.- Conciliación es una palabra que en tu boca suena a insulto. Conciliar no es lo que tú haces. Cuando estás forrada de pasta como para tener ayuda en casa que se quede con tu bebe RECIEN NACIDO o en tu curro son tan comprensivos como para llevártelo allí al despachito de 50 metros cuadrados...eso no es conciliación. Conciliar, reina mora...es ganar 900 euros, que no te den plaza en una guardería pública, que tu familia viva lejos y no puedan ocuparse del bebé y tener que currar 8 horas clavadas sin posibilidad de decir: uy... no vengo que el bebé está malo…y a pesar de todo...conseguir organizarte para ser buena en el curro y ocuparte de tus hijos… Quiero decir que si buscas conciliar en el diccionario, jamás saldrá tu foto.
Para que veas que no soy tan malvada como para decirte que deberías haberte privado.... ELIMINADO... perdón... de la fiesta por el triunfo, entendiendo que quisieras ir a celebrarlo a la oficina, con tus amigos y tus colegas. Tener un niño no significa no salir de casa para nada, pero...lo que te delató querida...es que tú no querías solo participar de la fiesta...querías pegar el careto, ser el perejil de todas las salsas, que quedara claro que nadie iba a quitarte el sitio…aún a costa de tu maternidad y tu “crio”…
Por supuesto que te estés saltando la ley que establece que las 6 primeras semanas son de OBLIGATORIO descanso para la madre.., ya ni lo considero, porque total... ¿para qué va a cumplir la ley una mujer que se supone que tiene y va a tener un papel fundamental en la promulgación de las leyes durante los próximos 4 años? Tonterías sin importancias…y ya se sabe...quien hace la ley hace la trampa. Me jode hasta el infinito el uso torticero, interesado y fuera de la realidad que hacéis del embarazo y la crianza. Con vuestra pose lo único que conseguís es pisotear lo que han conseguido otras, burlaros de los esfuerzos diarios de mogollón de madres que trabajan fuera de casa, a las que les mola su curro, quieren hacerlo bien, tienen ambiciones por mejorar y a la vez cuidan de sus hijos lo mejor que saben. Lo peor no es que me parezcáis unas memas...lo peor es que nos tomáis a las demás por memas. Ahora, estoy esperando la próxima entrevista en la que digas que “la maternidad es lo más importante que te ha pasado, que te ha cambiado la vida y que como todas las mujeres tienes que hacer malabarismos para conciliar tu papel de madre y trabajadora” …ya me estoy descojonando… por no llorar.