viernes, 1 de junio de 2012

S.O.S. ESPAÑA


GUERNICA
PICASSO
Nunca ha sido invadida la antigua Iberia con una crisis como la que está sufriendo en estos últimos cuatro años. Tampoco es posible encontrar a un conjunto de ministros, incluyendo al premier, que se jueguen su prestigio personal en el desempeño de su función, porque nunca lo tuvieron. Han sido elegidos para no hacer sombra al jefe y lo han conseguido. Este grupo de caudillos salvadores de la patria, solamente aporta parcas formas, torpes decisiones y tercas doctrinas caducas. Escriben al dictado de la emperatriz de la ley sagrada del mercado, y cometen toda clase de tropelías  contra de justicia y los derechos de los trabajadores, los parados y pensionistas. Con manidos eslóganes siembran el pánico entre los ciudadanos, haciéndonos creer que estamos en el recto camino de la tierra prometida. En el camino a Ítaca de su eterno embuste. Pretenden epatar y emular a la derecha europea, cuando ellos, los ministros franquistas de Rajoy, son heredaros legítimos del caudillo, que lo fue de España por la Gracia de Dios; reciclados por FAES, es decir, por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales. Creada para pensar España. Todos los ministros, secuaces del más fosilizado de los políticos españoles, tienen como cruzada, liquidar con despótica holgura, el Estado del Bienestar. Confunden la mayoría absoluta con la absoluta posesión de la verdad. Mientras este oscuro personaje dosifica sus salidas a escena, abandona la gobernanza de la vetusta Hispania a sus hombres y mujeres de confianza, que hacen las cosas como Dios manda y con sentido común. Pero sin olvidar la exposición al ridículo y a la servidumbre que someten al pueblo español, a quien proclaman salvar. Cualquier observador político puede detectar la baja representación de la vicepresidenta ante las instituciones mundiales y EEUU. En el campo económico, el ministro de turno ya no puede tapar por más tiempo las mentiras de Bankia y la pretendida herencia envenenada, que hasta Merkel les encubre. En la diplomacia con el Reino Unido es vergonzosa la falta de defensa de los españoles ante la hipocresía británica. Todo el equipo de Gobierno ha aportado todo el desprestigio que su bagaje les permitía para sacar a España de la crisis. En Educación es imposible encontrar a otro ministro más ajeno a esta cartera. Su hipocresía  le hace el más adaptado para conseguir los intereses de la derecha española, no la más recalcitrante, sino la única que tenemos. La franquista de siempre. Este brillante equipo ministerial se ha propuesto derribar las leyes progresistas que colocaron a la ancestral España a la cabeza de los países del mundo. La mayoría absoluta obtenida por el Partido Popular la ha interpretado de forma torticera. Ya se ocupó Aznar de predicar que estos derechos logrados por los españoles eran un lujo y de ahí salió el eslogan perverso de que nadie puede gastar más de lo tiene. Muchos ciudadanos no dudaron que Rajoy defendía, también, el Estado del Bienestar y por eso motivo le otorgaron su confianza. Los españoles no se merecen el Gobierno que tienen porque el pueblo ha sido engañado. Para ese viaje no se necesitan alforjas

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