lunes, 30 de diciembre de 2013

BELÉN ESTEBAN


Autor anónimo


La columnata de Alfonso XII. Foto: Pedro Taracena

Las ventas de libros siguen bajando en cascada, se cierran librerías de forma continuada, los grandes espadas de las ventas, tipo Pérez Reverte, pierden fuelle, y sin embargo, Belén Esteban con su libro "Ambiciones y reflexiones" ronda ya casi los 100.000 ejemplares vendidos. Para llorar. ¿Cómo se arregla esto? Marca España: colas de tres horas y media para la firma del libro de Belén Esteban. Por Gustavo Vidal Manzanares.

Yerran quienes afirman que en España no se lee. Ahí tenemos a la rutilante escritora, Belén Esteban. Tres ediciones en una semana y colas de varias horas, a la intemperie, para obtener su firma. También se equivocan aquellos que lamentan la escasa tirada de la prensa escrita. Las ventas del Marca, un día normal y no digamos los lunes, desmienten esa afirmación.
Particularmente, me desalienta hasta la depresión que en el devastado ambiente editorial, sobreviva y triunfe económicamente una sucesión de páginas dedicadas a las pasiones más bajas, al cotilleo, las intimidades… En cualquier sociedad sana, esta clase de “libros” deberían resultar minoritarios, casi clandestinos, pasto de presidiarios pajilleros, reclutas drogotas, amas de casa que restañan su frustración mientras esperan a un marido panzudo y bruto…
Pero no es así, en un axioma diabólico, triunfa lo cutre, tergiversado, instigador de pasiones y revanchas. Nada induce a la obtención de frutos mediante el esfuerzo diario, sistemático, la superación de uno mismo. Prima el engaño, el requiebro que conduce a los atajos mediante los cuales se puentee a quien decida valerse tan solo de su inteligencia, mérito y capacidad. Desde luego, nadie puede proscribir a Belén Esteban su derecho a escribir un libro o pagar para que se lo escriban. Lo desolador es contemplar cómo miles de personas aguantan penalidades para adquirir el vómito editorial de una musa de la telebasura al tiempo que las editoriales quiebran, las librerías echan el cierre y el autor que se precie busca publicar en otro idioma… ¿En qué nivel de degradación mental y moral está abismada gran parte de la sociedad española?
Así, en la España de hoy se penaliza la superación de uno mismo, la lucha por la justicia social, el amor vibrante hacia la cultura, la pasión por ampliar conocimientos…, muy al contrario, prima lo grotesco, la España del esperpento que glosaba Valle-Inclán, la nación que expulsa a sus científicos e indulta a los ladrones de cuello blanco, la tierra de promisión de los
defraudadores y mediocres ambiciosos, el lugar donde pedorras y pedorros y viceversa persiguen mediante bolos televisivos cuadruplicar, centuplicar, las ganancias de un médico, un juez, de cualquier profesional. Todo presidido por el pernicioso axioma de conseguir lo máximo con el mínimo esfuerzo, pasando por encima de quien sea, valiéndose del los medios que sea. A costa de lo que sea.
Tal vez la última y mejor réplica a esta carcoma la haya brindado Sotomayor, el esforzado atleta cubano, ante preguntas de una reportera de la caverna: “Señor Sotomayor, ¿al régimen de Cuba le parece razonable que usted, un deportista, gane más que un profesor y un médico”? Respuesta de Sotomayor: “¿Y a usted le parece razonable que un futbolista, en España, gane más que todos los médicos de un hospital juntos?”. Esta es la “marca España”… Sobran comentarios.


El otoño en Madrid. Foto: Pedro Taracena

martes, 17 de diciembre de 2013

MADRID ENCRUCIJADA DE CACIQUES Y CORTESANOS


Por Pedro Taracena

¿Villa y Corte o la Capital del Reino? La monarquía española iba a ser moderna donde el rey reina pero no gobierna, tampoco tendría cortesanos y los caciques se perdían en las épocas borbónicas más ancestrales. Durante todo este tiempo ha habido en España un culto a la persona inviolable del Rey, entre adulador y oscurantista. Nadie se ha atrevido a formular la más mínima crítica, como si todos los españoles hubiéramos sido monárquicos de toda la vida. Esta falsedad se cubría con el eufemismo de que en realidad éramos “juancarlistas”, en agradecimiento, infundado en mi opinión, por habernos salvado de los militares y civiles golpistas.
Si bien es verdad que en Madrid no se había constituido una corte formalmente, el monarca siempre tuvo sus “amistades”. Con el tiempo hemos ido observando que el Rey de España no era un hombre de libros y que la cultura y las disciplinas aconsejables  para un jefe del estado, estuvieron siempre ausentes. Vamos, que su cultura nunca estuvo a la altura de su categoría. No obstante, los aduladores, la opacidad y aquellos que estaban interesados en tapar los defectos reales, lo hacían porque habían aceptado la monarquía como un mal menor, frente a la eterna amenaza involucionista.  


No se ha conocido que se relacionara con la cultura y la intelectualidad, fuera de los actos oficiales, donde leía parcamente el discurso correspondiente. Pero sí se filtraba que el Rey disfrutaba de cierto prestigio y hermandad, entre monarcas de dudosa vocación democrática en el exterior, y en el interior, sus colaboradores más o menos cercanos no eran los más idóneos. No obstante se le han atribuido logros conseguidos por su intermediación a favor de empresarios españoles, donde la acción del Gobierno parecía menos eficaz. El pueblo ha percibido que el último de los Borbones, es uno más en la dinastía. Seguidor de su padre que fue cómplice del golpe de estado que derribó la República. Volviendo a la corte y empezando por el primer jefe de la Casa Real, así como personajes extranjeros sin ningún prestigio y personajes del interior que nunca se desligaron del franquismo,  hasta los Duques de Palma, han constituido la “corte” que da nombre a la Villa de Madrid. Una corte en la sombra o como poco en la penumbra.

Fotos de la transparencia: Pedro Taracena

viernes, 6 de diciembre de 2013

DÍA DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA




Por Pedro Taracena

Por los derechos que me reconoce la Constitución me permito denunciar el nivel de podredumbre y de crímenes de diversa naturaleza que sufrimos los ciudadanos. El lenguaje lo elijo yo no permito que me venga impuesto por aquellos que propician estos crímenes. Además “la justicia emana del pueblo” y sin esperar a que los jueces dicten sentencia, que en muchas ocasiones no tendrán oportunidad de hacerlo, yo cuando perciba el más mínimo atropello de los derechos humanos, no tardaré en condenar al Gobierno de turno. Padecemos en España de un Gobierno parco, terco y torpe, el peor valorado de la democracia, cuando en estos días tenemos la necesidad de un equipo ministerial para construir no para destruir, el Estado de Derecho y del Bienestar. El Gobierno del Partido Popular ha logrado fosilizar la Constitución Española, legisla en contra de los derechos de los españoles y a favor de los tiranos económicos de la Europa de los viles mercaderes.
Mi libertad de expresión me permite condenar y les condeno con todas mis fuerzas, a los servidores públicos por la corrupción, no endémica sino sistémica, que han implantado en nuestro país. Por acción u omisión. El órgano de gobierno de los jueces son lacayos de los partidos políticos que les elijen, inaudito en una democracia. El Ministerio Fiscal está al servicio, no del pueblo sino del poder. La corrupción como ave carroñera se ha convertido en un estilo de gobernar. No hay institución que se libre de individuos corruptos. Jaleados, votados y elegidos por parte del pueblo también cómplice de la corrupción. Dimitir es un verbo que los políticos no quieren conjugar  en ninguno de sus modos tiempos números y personas. En España ejecutar este vocablo está inédito ¡Qué vergüenza!
La casa de los Borbones, dinastía reinante en España, yo no les censuro por los detallitos de su opacidad, las malas compañías históricas del Rey, los desmanes de los Duques de Palma, las canas al aire del monarca, muy genuino de los Borbones, sino por algo que yo considero básico para su legitimidad. El Rey y su padre don Juan de Borbón, fueron cada uno en el sitio que Franco les colocó, cómplices necesarios de la reciente historia. El primero, porque habiendo jurado los Principios del Movimiento Nacional inspiradores de la dictadura se ha alineado  con los franquistas del Partido Popular para tampoco condenar el franquismo. Sin embargo, es una vergüenza que el Rey de España no haya jurado la Constitución y tampoco reconocido la legitimidad del régimen republicano. Y el segundo, el Conde de Barcelona, fue cómplice en el golpe de estado que derribó la República y acepto el franquismo como garantía para recuperar el trono.

La Constitución Española sigue viva, son los traidores de la patria los que han cedido los derechos de primogenitura por un plato de lentejas al nuevo Becerro de Oro. Todos ellos son muy píos con la Iglesia y saben de sobre lo que han hecho con los derechos de los españoles. Hoy es un día triste para nuestra Carta Magna, en su treinta y cinco aniversario…