martes, 23 de septiembre de 2014

ARTÍCULO 155 DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA


Por Pedro Taracena

1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrán adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.



Foto: Pedro Taracena


A pesar de la ambigüedad del texto constitucional, es evidente que el Gobierno sólo cuando le conviene evoca el cumplimiento de la Constitución y denuncia su no cumplimiento cuando lo puede utilizar para atacar inmisericorde a los que discrepan de su política de recortes. Rajoy tiene ente sus ojos un desafío que su inmovilismo innato no le permite mover un dedo. Las cosas hay que hacerlas como Dios manda y esto le tranquiliza y le deja como si estuviera inerme.  Aunque sus secuaces ya han presentado una batería de medidas, incluyendo la intervención militar, si la intentona separatista de Catalunya se consumara unilateralmente. No deja de ser escandaloso que el Gobierne a través de su política de recortes de derechos, que él llama bajo el eufemismo de reformas, sea el primero que no está cumpliendo la Constitución.
El Gobierno ha provocado la destrucción del Estado del Bienestar y se manifiesta de forma fehaciente en la desigualdad que se ha provocado entre los españoles. Unos pocos,  más ricos, y el resto, más pobres, a nivel nacional. Pero quien ha materializado las desigualdades más patentes han sido las Comunidades Autónomas. El artículo 155 de la Constitución Española está siendo violado en unas en más proporción que en otras, ya sin necesidad de llegar al 9-N. El Gobierno in extremis puede utilizar el artículo 155: Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España ¿Este precepto solamente está pensado para el separatismo? ¿El separatismo en sí es un crimen, es un delito? ¿El artículo 155 entiende que la privación de derechos constitucionales atenta, gravemente al interés general de España…?
No hace falta que los ciudadanos estemos muy versados en ingeniería jurídica, pero basta con leer el Título I de la Constitución Española para observar el déficit de derechos constitucionales al cual han sometido a la ciudadanía española, estos últimos seis años. En dos ámbitos muy precisos: La ausencia de democracia real en todas las instituciones del Estado, donde el gobierno del pueblo no ha sido para el pueblo, sino dirigido por los poderes del dinero, y el otro ámbito es el de la corrupción más generalizada que jamás podríamos haber pensado: agravada por la crisis que a su vez tampoco la ha propiciado la sociedad.



Foto: Pedro Taracena

Antes de aplicar el artículo 155 de la Constitución a la Generalitat de Catalunya, por una cuestión que no es un crimen consumado, sería preciso que el Ministerio Fiscal actuara, porque tiene la misión de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por ley, de oficio o a petición de los interesados. Artículo 124 de la Constitución. Los recortes han traído paro, pobreza, miseria, hambre, desnutrición y sobre todo desigualdad. Según qué comunidad autónoma la asistencia sanitaria se lleva a extremos esperpénticos, donde estamos más cerca de actuaciones criminales con peligro de muerte, que de meros reajustes de presupuesto obligados por la crisis económica.
Dos ejemplos ilustran este, digamos mí planteamiento demagógico y populista: Mientras enfermos de hepatitis claman en la calle para que les proporcionen el medicamento que no les aplican porque es caro, se está poniendo a disposición de los enfermos de ébola, todo lo que ha menester para salvar vidas. Que nadie interprete de forma  torticera, esta anécdota porque yo compare la asistencia dada a compatriotas nuestros, que son héroes y víctimas de la explotación del hombre por el hombre, pero ilustra claramente la desigualdad que se está creando en España.
Sin duda que algo o mucho huele a podrido en el Reino de España, que la clase política y gran parte de la empresarial, necesitan una enmienda a la totalidad, pero mientras, estamos siendo testigos de la indecisión del Gobierno y de los crímenes cometidos por sus políticas ahogando al pueblo.
La problemática catalana es una cuestión política y la Constitución no es un dogma de fe, es un documento político que se puede y se debe cambiar, al servicio de los ciudadanos. Pero los niños hambrientos, los dependientes sin ayuda y los enfermos están viendo cercenada su asistencia médica, que está provocando muertes prematuras y una desigualdad de los derechos constitucionales. Ante este innegable estado de emergencia, la clase política lejos de articular soluciones constitucionales, ha fosilizado la Constitución y corrompido la vida pública…

jueves, 18 de septiembre de 2014

CARTA ABIERTA A PEDRO SÁNCHEZ SECRETARIO GENERAL DEL PSOE



Por Pedro Taracena



Haced clic para ampliar el texto.

La esperanza que has despertado en los simpatizantes y militantes del socialismo democrático español está sembrada de no pocos interrogantes. Y aumentan a medida que pasa el tiempo. Antes de abordar el tema central de mi carta he de comunicarte que vengo de una familia de izquierdas y republicana; padeciendo exilio, cárcel, tortura, escarnio y muerte. Yo he votado siempre PSOE. No obstante, tus predecesores hicieron méritos suficientes como para que mi indignación me llevara, a partir de la elecciones europeas de 2014, a no volverles a votar. Hasta ese momento yo pertenecía al consenso constitucional, es decir, a vuestra estirpe, familia o casta, como lo quieras llamar. Con carnet de militante desde 1984. Soy ecuánime y no me arrepiento de haber colaborado desde mi puesto en la sociedad, para trabajar por el humanismo que emana de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Pero no  es hora de la autocomplacencia, ha llegado el tiempo de la regeneración democrática y moral, también, del socialismo español. Tus declaraciones sobre la demagogia y el populismo, palabra que sabrás no existe en nuestro diccionario de la Real Academia Española, me han confirmado en mi decisión de no volver a La Casta, en la cual milité deslumbrado por la falsedad de la Santa Transición.




Pedro Sánchez PSOE

Te rogaría, más aún, como servidor público que eres te exijo que expliques qué es lo que entiendes tú como socialista, por populismo. No te puedes escudar en que no existe definición oficial. Tú debes tener el concepto muy claro como para utilizarlo tantas veces. Tu negativa a declarar de que cuando hablas de demagogia y populismo te estás refiriendo a Podemos, sólo se puede entender como una falta de valentía.  Tú conoces mejor que yo los puntos que defienden los círculos que lidera Pablo Iglesias y descalificar sus reivindicaciones de plano es una insensatez por tu parte.
No olvides que como yo muchos socialistas hemos dudado en las últimas elecciones en votar entre el PSOE e IU, sin decidirnos a votar de entrada a Podemos. Si sigues con esta descalificación de todo lo que esté a tu izquierda, sólo lograrás que lejos de votar tu futura y flamante candidatura, nos veamos escorados a votar directamente a Podemos. A Podemos con su demagogia y populismo. Mientras tú sigas anclado en el inmovilismo de la Troica y siguiendo la comparsa de la Transición o de La Casta, tu pueblo seguirá pasando hambre, paro, miseria y muerte.
Te invito a que consideres las opciones situadas más hacia la izquierda del PSOE, como opciones no extremistas sino radicales para llegar a la raíz de los problemas. El PSOE no tiene el monopolio del progresismo real en España. Yo antes de descalificar a Podemos he considerado sus propuestas a la luz de cuatro parámetros de referencia: la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la Constitución Española de 1978, la Constitución de la República Española de 1931 y la Declaración de Principios del Partido Socialista Obrero Español, que consta en el carnet del partido que aún conservo. Te recomiendo que antes de volver a utilizar este termino de cara a la galería, reflexiones si no estás cayendo en ramplona demagogia.





Pablo Iglesias (Podemos) y Mariano Rajoy (PP)

lunes, 15 de septiembre de 2014

LOS MUERTOS

Por Pedro Taracena


NECRÓPOLIS DE MADRID

Foto: Pedro Taracena

La sociedad mantiene una tradición entre macabra e hipócrita y cuando una persona muere, toda su vida se convierte en ejemplar y la muerte en sí le hace bueno. En no pocos casos hasta digno de veneración. Se considera de mal gusto y oportunista el hacer cualquier crítica, no del finado, sino del vivo cuando aún permanecía en este mundo. Los recientes óbitos de personas influyentes, que no importantes cualitativamente hablando, así como los que han tenido lugar con anterioridad, nos dan testimonio de esta premisa. Resulta esperpéntico cómo cada cual cuenta la feria como le va en ella. El poder económico y sus secuaces, han abierto una causa de beatificación y canonización. Para ello han presentado a favor del postulante todas las pruebas que le catapultan directamente a los alteres: aras de la patria, panteón honorífico de hombres ilustres y acreedores de la marca España. Por otro lado aquellos que han sido víctimas a título individual o de forma colectiva, se constituyen en abogado del diablo. A éstos no les ha ido también en la feria como a los primeros, aunque este planteamiento esté considerado como demagogia y populismo (*).

La muerte no modifica el estatus de una persona por importante que se le considere. Por sus frutos les conoceréis, que dirían los versados bíblicos. No obstante, todos los muertos tiene el mismo derecho a recibir el mismo duelo, al margen de las pompas fúnebres que el dinero les permita ostentar. La dignidad de la persona es común a todos, y las condolencias a sus familiares, nada tienen que ver con la crítica que se haga de su conducta en vida a partir del momento de su desaparición. La crítica es saludable y democrática hasta para los muertos y una forma de honrar su memoria. Sobre todo para las mujeres y los hombres que hayan desempeñado una vida pública. La muerte deja intacta la obra del que desaparece.

Cada cual deja al morir una estela de claros y oscuros que lejos de desaparecer se puede y se debe esclarecer. Un magnate de las finanzas o de la actividad empresarial, en su ascenso hacia la cumbre de su éxito; haciéndose a sí mismo como se suele afirmar, deja a su paso un evidente rastro de su lema no escrito ni declarado que implica, la explotación del hombre por el hombre. Aunque esto sea populismo (*) y demagogia. Encubriendo con una legalidad impecable, se puede explotar y reprimir al trabajador hasta con una sonrisa en los labios. La reforma laboral del Gobierno le hace cómplice de esta palpable injusticia legal. Con los horarios legales, se puede llegar a la esclavitud que parecía imposible. Con sindicatos amarillos dominados por los patronos que aparentemente luchan por los intereses de los trabajadores. Los Sindicatos Amarillos, sin embargo, son controlados o financiados por la propia dirección de la empresa. Raras veces estos gigantes se dejan ver por la Magistratura del Trabajo… Los mandos intermedios se convierten en capataces aunque sin látigo. Hasta los propios sindicatos de clase no se atreven a denunciar en aras de la seguridad en el empleo.

El poder y sus voceros debían de ser más discretos en torno a estos óbitos, porque sus alabanzas pueden herir la sensibilidad de sus víctimas.


(*) Populismo no lo recoge la Real Academia Española


sábado, 13 de septiembre de 2014

FÓRMULAS MEDIEVALES


Por Isidoro Gracia
Exdiputado

La respuesta al problema del siglo XXI con fórmulas medievales tiene su lógica


EL ESPEJISMO
Foto: Pedro Taracena

El capitalismo y su religión, la fe en el dios mercado, está obteniendo respuesta en términos similares, fe en otras religiones, teístas como el islamismo, o tribales, como los nacionalismos.
Los tres grandes instrumentos con los que los dirigentes de todos los tiempos han controlado sus civilizaciones,  e intentado dominar a las vecinas, han sido: el comercio,  la fuerza y  la religión. La mezcla adecuada de cada componente ha establecido la civilización triunfante en  cada momento y espacio geográfico.

En el momento actual el espacio geográfico es claro: el mundo, está algo menos claro la jefatura de la civilización imperante: el capitalismo, si bien existe un cierto consenso que la mayor parte del poder se sitúa en USA.

Un ciudadano y pensador del imperio, Galbrait, reflexionó y  saco sus conclusiones, a mediados del siglo XX  señaló que las grandes corporaciones terminarían por desplazar a las pequeñas y a los negocios de carácter familiar, y, como consecuencia, los modelos de competencia perfecta no pueden ser aplicados en la economía.  Que la avaricia ejercida sobre el sector público ya contrastaba con la opulencia del sector privado,  lo que demostraba que un país con una economía en crecimiento, no evita que en su interior existan grandes desigualdades sociales. Y finalmente, que las grandes corporaciones dominan el conjunto de la economía, como resultado de su gran crecimiento  y el nivel de sus operaciones, que les permite controlar sus mercados, y en consecuencia terminarían por dirigir el imperio (solo se equivocó al identificar las corporaciones dominantes con las productivas, en vez de las financieras).

Muchas de las personas pertenecientes a las clases más desfavorecidas, incluso colectivos y pueblos enteros, sufren los excesos  de los que detentan el poder y viven en una  situación, que el propio Galbrait calificó como era de la incertidumbre. Incertidumbre no solo en el bienestar de uno mismo y los más próximos, sino incluso de la propia supervivencia. Perdida la posibilidad de respuesta del recurso al comercio, incluso de la propia capacidad de trabajo, les resta para responder a la opresión, el recurso a la violencia y la búsqueda de un futuro mejor a través de los paraísos que prometen religiones distintas, sean estas teístas (en este caso en otra vida,) o laicas, como los nacionalismos (más inmediatos, siempre que sean los dirigentes de la propia tribu quien pase al mando).

En esa situación, ayatolas, rabinos, sacerdotes y líderes territoriales insisten en que la esperanza, que permite superar el miedo a la incertidumbre, se transmite a través  de códigos como la moral, la raza, la pertenencia a un club de elegidos, etc. en vez de a través de la ciencia y el conocimiento. Resultado: en pleno siglo XXI muchos desencantados con el reparto de bienes, e incluso amplias zonas del mundo, vuelven sus ojos a fórmulas de la era medieval. Al fin y al cabo las diferencias entre algunos grandes especuladores y los dirigentes absolutistas, que lo eran “por la gracia de Dios”, son difíciles de encontrar.