miércoles, 29 de junio de 2016

ELECCIONES DEL 26 J, REFLEXIONES COLATERALES

Por Isidoro Gracia
Exdiputado





¿Para qué sirven las encuestas? ¿El sistema D’Hondt era tan anti democrático? ¿Los votantes y abstencionistas son inocentes o cómplices? ¿Quién tiene que resolver el lío?
Sobre las encuestas.  En este país, y desde hace años, vengo sosteniendo que hay una conclusión evidente: La práctica totalidad de lo que se está publicando, valorado en conjunto,  tiene como primer, y casi único, objetivo,  que el electorado, que pasa por un  estado de confusión superlativo, acepte las tesis ideológicas que interesan a los dueños del medio que publica la encuesta, sondeo o estudio.
Esa confusión está siendo alimentada desde importantes grupos de presión económicos y mediáticos, así como por el propio gobierno y su partido, para que ignorando realidades como el impacto de los recortes, las pérdidas de derechos,  y una corrupción no tan generalizada, como por otra parte se quiere vender (la inmensa mayoría de los casos se centra en un solo partido), el hipotético bien a obtener mediante la emisión del voto sea algo tan etéreo e instrumental como la estabilidad, confundiendo la herramienta con la obra.



Vamos, que lo que menos importa es la opinión de los entrevistados, en contra de lo que la mayor parte de los titulares mediáticos sostienen, lo verdaderamente importante para los que invierten en las consultas es influir en una opinión pública, que tiene difícil digerir el alud  de datos y discursos, que recibe, y la incomprensible, desde el punto de vista democrático, inacción del principal responsable,  en medio de una situación política donde la venta de estabilidad es un insulto a la inteligencia, o al sentido común , si así se prefiere.
El episodio de las últimas elecciones es la prueba del 9, de lo anterior.
Sobre el sistema electoral y D’Hondt. Dos han sido las acusaciones de falta de democracia: una que dejaba fuera a las minorías por falta de proporcionalidad, y que la aplicación del fórmula D’Hondt era la responsable de perpetuar el bi-partidismo.
Empezando por lo último, ¿Hoy alguien puede sostener la tesis, de que el origen del bi-partidismo, era el sistema? evidentemente no. Siguiendo con la proporcionalidad, una pregunta previa: ¿Nos imaginamos una salida a la gobernabilidad con un Congreso más fragmentado? Pero el corte no lo da el sistema de reparto de escaños en el Congreso, dos son los factores principales, el mínimo del 3% que exige alcanzar la Ley Electoral General, y sobre todo que haya un número de diputados por provincia mínimo inicial de dos, al margen que la provincia tenga un censo escasísimo de votantes, los restantes se distribuyen entre las provincias en proporción a su población de derecho. También aumentaría la proporcionalidad al subir hasta los 400 el número de diputados electos, como recoge la Constitución, que también permite que una reforma de la LEG cambie de dos uno el mínimo inicial de diputados por provincia, o el 3% (aún cuando esto último impactaría solo en las provincias más habitadas)




Respecto al Senado, el simple cambio, en la LEG,  del requisito de que cada votante pueda votar solo a dos candidatos, en vez de los a los tres que permite ahora, variaría radicalmente las posibilidades de las mayorías muy absolutas que se dan en la actualidad.
Todas las reformas expuestas anteriormente solo necesitan mayoría absoluta simple en el Congreso (176 diputados).
Respecto a la responsabilidad que se asume al emitir el voto.
Discrepo profundamente con aquellos que mantienen que toda la culpa de lo que pasa es de los políticos en general, o que los votantes siempre aciertan, olvidando lo básico: cuales son los objetivos del proceso electoral democrático, a saber, valorar los hechos del gobierno saliente y la credibilidad de las ofertas de los que pretenden sustituirle, basándose también en los logros de las fuerzas y partidos que las hacen,  no por lo que piden sino por lo que consiguen, allí donde han gobernado o gobiernan y de las consecuencias de sus votaciones  históricas.
Creo que es de Vargas Llosa la frase: “Por regla general, los pueblos tienen los gobiernos que merecen tener, aunque luego se arrepientan."





Así pues si los electores vuelven a dar su confianza a quien ha incumplido las promesas realizadas para acceder al gobierno, no podrán alegar engaño y responsabilizar a los dirigentes del partido triunfante, si es el mismo. O si apuestan por las fuerzas que proponen medidas incompatibles con la realidad, y cuyos escasos antecedentes coinciden con aquellos extremos que propugnan la vuelta atrás en la historia, no pueden hacer responsables a otros partidos en competencia. Yo no comparto las tesis de que los ciudadanos son inocentes de lo que deciden con su voto, y desde luego deben asumir las  consecuencias, incluida la posible ruina de su país y de sus proyectos personales.
Como colofón, son los abstencionistas los que se hacen, con la renuncia a su derecho democrático, más que responsables directamente culpables de una situación que podrían cambiar votando.
 

Otra cuestión ¿Quién tiene que resolver el lío?  La responsabilidad de dar salida a la situación la sitúan los ciudadanos en unas manos concretas. El intento de distracción pidiendo cuenta a los partidos que han quedado en minoría, por intenso que sea, no deja de ser, al igual que afirmé sobre las encuestas, un burdo intento de manipulación de la opinión pública, al servicio de intereses nada claros. Los votantes han apartado de formas clara del primer plano al PSOE, pedir ahora que sea el protagonista del devenir del proceso de investidura, debe interpretarse como  un ataque directo a esa organización y una falta de respeto a sus votantes.
En febrero de 2012, justo después de la intervención del Sr, Rajoy en su investidura, escribí un artículo titulado: El barco España no tiene capitán. Yo creo que no me equivoqué, los votantes del domingo han opinado en contra, sean ellos los que asuman su opinión hasta las últimas consecuencias.




viernes, 24 de junio de 2016

LA SEXTA ¿OASIS DE INDEPENDENCIA?

Por Pedro Taracena




Los medios de comunicación clásicos se dirigen a un país que ya no existe. Las tecnologías de nueva generación han hecho saltar por los aires al periodismo ramplón y cacique. Las exclusivas, los titulares en primicia, las noticias secuestradas, los editoriales desfasados, el fotoperiodismo exclusivo y excluyente, estos factores han excluido a toda una nueva generación de jóvenes periodistas.

Los vicios contraídos por los medios de comunicación españoles,  producto de la idolatrada Transición, son: el corporativismo, la falta de una mínima  independencia, sin querer saber qué es eso de la crítica a los otros medios y mucho menos la autocrítica. Concretando y personalizando esta mala praxis periodística en editores, directores, periodistas, entrevistadores y tertulianos. Estos vicios han traído consigo la ausencia total de pluralidad ideológica, y por supuesto la independencia de los poderes públicos, políticos y económicos, supone una falacia. En estos días se está viendo la estrategia puesta en marcha bajo el eslogan: TODOS CONTRA UNIDAS PODEMOS.

No es difícil analizar la trayectoria de los medios de comunicación a través de los acontecimientos de la reciente Historia de España. El triunfo del golpe de estado de 1936 y la implantación de la dictadura, amordazaron la libertad de expresión y de información hasta 1978. Con la promulgación de la Constitución los medios de comunicación gozaron de libertad de información y de expresión. Los medios que procedían del franquismo, al menos en apariencia, se presentaban como demócratas conversos. Emergieron nuevos periódicos y nuevas emisoras de radio que convivieron durante la Transición. Los procedentes de la dictadura y los nuevos nacidos en democracia,  aunque ambos se mostraron como defensores de la Constitución, los unos se homologaron con los que no condenaron la dictadura y los otros abiertamente condenaban el genocidio franquista.

Consumada la Transición estos dos bloques encontraron su polea de transmisión en el bipartidismo. Conservadores y nacionalistas periféricos por un lado, y progresistas por otro. Durante las dos últimas décadas del siglo XX,  lejos de lograr una prensa libre e independiente, que tampoco nadie se propuso conseguir, se crearon unas alianzas entre los partidos políticos y los medios que prostituyeron el periodismo en todas sus modalidades. La derecha con sus emisoras afines y sus canales de televisión de propugnada declarada. Los medios públicos controlados por el partido de turno en el poder y la izquierda, estableciendo un maridaje indecente entre el presidente del gobierno y el grupo afín correspondiente. Sin olvidar las emisoras y canales propiedad de la Iglesia. Con este plantel de medios de comunicación es imposible que los profesionales hagan su trabajo con libertad e independencia. 

Esta estructura es la misma que venció en la Guerra Civil, implantó la dictadura, tuteló y manipuló la Transición, con dos excepciones: el periódico LIBERACIÓN y el diario PÚBLICO, ambos asfixiados por el capital. Ya en el siglo XXI los obispos, los caciques, los bancos y la patronal, son los que tutelan el derecho constitucional del pueblo a la información. El Movimiento 15-M ha cogido con el paso cambiado a estos medios de comunicación, que no saben ni desean informar sobre la nueva situación española. Es un escándalo la forma en que están mal informando a los ciudadanos de las nuevas formaciones políticas, venidas de las calles y plazas bajo el lema de ¡No nos representan! ¡Democracia real, ya! y ¡Sí, se puede!

Y una vergüenza que no haya ni uno solo de los medios de comunicación que esté dando una información que no sea para descalificar a UNIDAS PODEMOS. LA SEXTA, se salva por SALVADOS, EL INTERMEDIO y LA SEXTA COLUMNA. Pero en AL ROJO VIVO, LA SEXTA NOCHE Y EL OBJETIVO, son espacios donde se ve la mano del complot que impone tertulianos e impostores del periodismo, que están al servicio del lema: TODOS CONTRA UNIDAS PODEMOS. 

Yo preguntaría a LA SEXTA que me dijera si cuando dice más periodismo se refiere a: Más Francisco Marhuenda, más Eduardo Inda, más Ana Pastor, más Iñaki López o más economistas afines al neoliberalismo alemán. Los telespectadores están manipulados por los canales de televisión. Mientras los  internautas son protagonistas de la libertad de expresión y de información. Muchos de los tertulianos e impostores del periodismo, se quedarían asombrados de la estructura organizativa que UNIDAS PODEMOS tiene en la Red.

 

lunes, 20 de junio de 2016

ANA PASTOR LA IMPOSTORA DEL PERIODISMO


Esta página dentro del Blog CUARTO PODER, se abrió el 20 de junio de 2016.  Tenía como objetivo desenmascar a esta impostora del periodismo. Inquisidora en las entrevistas. Acosadora de entrevistados con el "sí o no" y abusadora de la maldita hemeroteca. Toma parte del tándem Ferreras-Pastor. Ambos juegan al presunto periodismo independiente, libre y democrático. Intentan aunque no logran lavar la cara a La Sexta. La actualización de hoy confirma el eslogan de: "Mañana más periodismo..."

Ana Pastor en La Sexta: “Los terroristas fueron asesinados por la policía”


Ana Pastor la lía al afirmar que los terroristas de Londres "fueron asesinados" por la policía.


El ridículo de La Sexta parece no tener fin. Este domingo, en el programa ‘El Objetivo’ que se emitió anoche, Ana Pastor, su presentadora, demostró no saber usar correctamente la acción asesinar, o bien, siguió en la línea de La Sexta de defender a todo islamista existente en el planeta.
Antes de nada, veamos el significado de asesinar por parte de la RAE: “Matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa”.

Acceso al reportaje completo:

http://casoaislado.com/ana-pastor-la-sexta-los-terroristas-fueron-asesinados-la-policia/


ENTREVISTA A PABLO IGLESIAS



Pablo Iglesias


EL OBJETIVO DE ANA PASTOR

Por Pedro Taracena Gil

Con el actual espectro del periodismo español, es muy fácil saber a priori cuál va a ser el resultado de cualquier entrevista. En el caso de Ana Pastor, que entrevistará el próximo domingo a Pablo Iglesias, líder de PODEMOS, no dejará en mal lugar a quienes pensamos que una de su especialidad es cargarse al personaje por muy grande que sea su perfil público.
En EL OBJETIVO ejerce de directora, moderadora y entrevistadora. Pero en  todas esas vertientes su afán es abrir con cada interlocutor un frente de preguntas inquisitoriales. No para sacar la mayor información al personaje en cuestión, sino para polemizar sobre todo. Nunca se conforma con la respuesta obtenida por su pregunta. Pregunta una, dos y hasta tres veces la misma pregunta. Y al final y de forma desafiante, deja constancia de que la pregunta no ha sido respondida, o hace prevalecer su postura dejando constancia bajo formas nada elegantes. Otro vicio de esta polifacética empleada de La Sexta, que no me atrevo a denominarla periodista, es el sometimiento al entrevistado a respuestas con monosílabos. ¡Responda sí o no! Ninguna persona entrevistada puede estar sometida a preguntas cerradas con el imperativo de responder con monosílabos. Es un abuso de confianza y una falta de educación. El entrevistado es libre de contestar o no contestar de la menara que desee. El profesional del periodismo es quien debe de tener la habilidad para mantener una comunicación fluida y que el espectador saque sus consecuencias. Y no podemos olvidar que Ana Pastor usa y abusa de la maldita hemeroteca. Las personas sobre todo si ejercen su profesión de forma pública, están sometidas como todo el mundo a cambiar o modular sus ideas usos y costumbres, para adaptarse a la dinámica de los tiempos. Presentar el pasado de un personaje con una foto fija, y además someterle con malas artes a una comparación inadecuada, con el ánimo de dejarle en entredicho o en evidencia, es una falta de ética y de profesionalidad. Una entrevista no es un ring de boxeo o de lucha libre.



Pablo Iglesias

La señora Pastor someterá a Pablo Iglesia a todas estas malas prácticas, ya ensayadas por sus colegas de profesión para servir al objetivo general de: todos contra PODEMOS. Utilizará la palabra populismo, a pesar de no estar recogida por la RAE, le sacará a relucir su pasado, no de la Universidad Española, sino de  otros países allende los mares. No renunciará a denunciarle que PODEMOS está al borde de la ruptura. Sus luchas internas y la pugna por el liderazgo entre el señor Iglesias y sus compañeros de partido. No ahorrará epítetos degradando su ideología a través de estos dos últimos años. En la maldita hemeroteca será inmisericorde con el líder de PODEMOS. No se olvidará de las luchas en la Comunidad de Madrid por hacerse con el liderazgo. No olvidará de hacer un examen de conciencia de hechos de otras personas, que nada tienen que ver con el líder entrevistado. Puede que hable de Juan Carlos Modero, de su padre y de otras personas del entorno de Pablo Iglesias, con la intención de homologar a PODEMOS con los partidos tradicionales.
Por otro lado Ana Pastor, como todos sus colegas tienen una ignorancia supina sobre la política que defienden estos líderes de PODEMOS. Esta entrevista debería ayudar a hacer comprender los porqués de las últimas decisiones del líder de PODEMOS. Por ejemplo, su negativa a asistir al desfile militar y a la recepción en Palacio el día 12 de octubre. Es posible que nos quedemos sin saberlo. Y quizás no le mencione el acierto democrático de que en el Parlamento el voto de los diputados de PODEMOS y su entorno, sea libre. No secuestrado por ningún partido. Me atrevo a pedir a la señora Pastor que se documente si es constitucional la disciplina de voto, para poder hablar de este tema con el señor Iglesias. Articulo 79, apartado 3. El voto de senadores y diputados es personal e indelegable.



ANA PASTOR, UNA MÁS


Por Pedro Taracena Gil
Periodista



Ana Pastor


Los vicios contraídos por los medios de comunicación españoles,  producto de idolatrar a la Santa Transición son: el corporativismo, la ausencia de crítica y la autocrítica. Estos vicios han traído consigo la ausencia total de pluralidad política, y por supuesto la independencia de los poderes públicos, políticos y económicos, es una falacia. En estos días se está viendo la estrategia puesta en marcha bajo el eslogan de TODOS CONTRA UNIDOS PODEMOS.
Pero el objetivo de mi columna no es analizar el contenido de las entrevistas de Ana Pastor, soy obediente con su mandato final: “Suyas son las conclusiones”.  Me limitaré a hacer un análisis crítico del género que utiliza de forma muy personal. La entrevista periodística.
Una entrevista realizada entre un profesional de la información y un personaje,  no importa en qué materia sea una autoridad, se trata de un dialogo en forma de tertulia distendida, donde el periodista pregunta y el entrevistado responde. De la sagacidad, habilidad, estilo, respeto, sabiduría, elegancia y profesionalidad del entrevistador, dependerá la eficacia y el rendimiento de este encuentro verbal. Las hemerotecas están llenas de auténticos ensayos literarios, sociológicos o científicos, contenidos en entrevistas grabadas en cualquier soporte. Las dudas que el invitado albergue, el profesional debe acudir presto a reformular las cuestiones planteadas por su interlocutor.  No hace falta ser muy avezado en ciencias de la información y comunicación,  para conocer los aspectos que son ajenos a una entrevista periodística. Y sobre todo lo que no es una entrevista periodística.
El periodista jamás debe polemizar, tampoco discrepar con el entrevistado, en ningún momento debatir sobre cualquier motivo o matiz. Una entrevista no es un mitin, tampoco un examen, de ninguna manera un juicio, que pueda descalificar al invitado, incomodando su estado de ánimo. Y mucho menos convertir la entrevista en una tertulia bronca. La insistencia varias veces en una pregunta cuando la respuesta no convence al periodista es una perversión. El periodista que hace una entrevista cumple un mandato de la gente, para que los conocimientos del entrevistado lleguen con la menor contaminación al público. Tampoco el entrevistador debe de ser un inquisidor que vele por la verdad o tenga que perseguir la mentira. Su independencia de la materia tratada debe ser total y sus valoraciones personales no tienen cabida en una entrevista. Tampoco se puede abusar de la maldita hemeroteca, porque los eventos, las acciones, los pensamientos, las ideas, las costumbres y los comportamientos, obedecen a una foto congelada en el tiempo. Cuando se quiere componer la cronología del entrevistado con intenciones descalificatorias; montando fotos fijas sobre el soporte del tiempo sacadas de la maldita hemeroteca, la resultante es que el entrevistador se encuentra que su perfidia se ha volatilizado. El ser humano evoluciona en el tiempo y su existencia no es un dogma inamovible. En una entrevista el único que gana es el público receptor del conocimiento. Si el entrevistador no está a la altura del entrevistado, el perjudicado será el contenido, deformado o mutilado por la actitud terca, parca o torpe del impostor del periodismo. En España tenemos ejemplos de grandes entrevistadores. Hermida, Gabilondo, Pepa Bueno, Jordi Évole, Fernando González Gonzo… El verdadero entrevistador es el que pasa desapercibido, en aras de hacer brillar la personalidad del entrevistado.
La opinión personal que tengo de Ana Pastor como entrevistadora, no ha sido improvisada de ayer para hoy, no, viene de los tiempos de los Desayunos de Televisión Española. Creo que en su primitiva época siempre se arrogó la portavocía de la calle y eso no es verdad. El Objetivo es un modelo importado que quizás ella no haya sabido adaptar bien a España, porque Ana Pastor se convierte en una tertuliana más, cuando debería moderar un grupo apoyándose  en información permaneciendo al margen del debate. Y cuando hace una entrevista la convierte en un debate parlamentario o una comisión de investigación, provocando con facilidad la polémica y la irritación del entrevistado; constatando el espectador que ha convertido el plató en un ring donde ella desea dejar ko a su contrincante.
No obstante, la crítica de un periodista a otro periodista sin salir del oficio de la información, al margen de la ideología, en España está inédita
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