sábado, 22 de julio de 2017

LOS CARROÑEROS




Por Pedro Taracena Gil

Los medios de comunicación españoles, sobre todo los tradicionales, son ciegos servidores del dogma de la Santa Transición. Han formado una piña con el poder político que dejó impune el genocidio. Son lacayos del capital que financia su adhesión al Régimen del 78. Practican un corporativismo cobarde y además son carroñeros. Todos tienen a gala exhibir su independencia y sin embargo carecen de ella. La crítica y la autocrítica, no habita entre ellos ni tampoco se les espera. 




“PERIODISMO es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. George Orwell puede ser perfectamente el autor de esta breve, concisa y demoledora cita. Periodista, ensayista, crítico y novelista, al autor inglés también se le atribuye la siguiente frase: “En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”.

Los impostores del periodismo han invadido el espectro de la información y la libertad de expresión de todos los medios privados y de titularidad pública. Los directores lejos de ser el látigo del poder económico, financiero y político son lacayos y secuaces de sus fechorías. Silencian, disimulan y manipulan los crímenes legales del poder político y económico: Desahucios que provocan suicidios. Recortes de los medicamentos que ocasionan muertes. Los dependientes de toda clase y edad están abandonados por el Estado. La clase trabajadora está obligada a soportar la esclavitud. Jamás ha disfrutado España de una clase política tan corrupta y criminal. Sí, crímenes legales en tiempos de paz. 




Según dice nuestra Constitución: “La Justicia emana del pueblo y se administra por los jueces en nombre del Rey”. Si emana del pueblo es porque el sentido común de la gente es depositario de lo justo. Luego puedo y debo utilizar el vocablo crimen, sin esperar a que un juez lo utilice en una sentencia. Los jueces instructores hablan de organización criminal y de organización para delinquir, sin que aún se haya dictado sentencia. La prensa ha hecho causa común con la doctrina oficial del consenso de la Transición. Han dejado fuera del perímetro de los medios, al Rey con sus fechorías y desidias, la oligarquía económica que financió el Golpe, la Guerra, la Dictadura y tuteló la Transición. Sin olvidar el oligopolio energético que causa muertes por no poder pagar el recibo de la luz.
Los tertulianos, lejos de estar especializados en alguna materia útil para el ciudadano, son predicadores de la propaganda oficial que se elabora en las redacciones la noche anterior. Todos los platós de televisión, estudios de radio y redacciones de prensa escrita, exhiben auténticos farsantes de la profesión, impostores del periodismo, defensores de lo más rancio y casposo de la ya caduca Transición. Los hijos y nietos de los que ahora estamos en la séptima década de nuestra vida, no soportan más los bustos parlantes que dicen lo mismo que decían en los años 70, 80 y 90.





Al final de mi breve columna reservo el último párrafo para el carroñero  que va en busca de las miserias humanas, que añora las primicias, noticias de alcance de su propiedad y los espacios informativos exclusivos y excluyentes. Los hechos por voluptuosos que sean siempre se convierten en carnaza para nutrir su falta de moral y de ética. Sin pensar en el ciudadano. Es patético cómo es el becario o subalterno a quien envían para hacer preguntas extremas, con las cuales el espectador, oyente o lector, pasan vergüenza ajena. Estas mismas preguntas jamás se las haría un periodista veterano. Esta generación de la Santa Transición se resiste a dejar paso a la generación de Internet, Redes Sociales, Periodismo Digital y lo que es más importante, un ciudadano con un móvil en sus manos ha quitado la exclusiva a los  fotoperiodistas. Es verdad que a través de Internet circula la verdad y la mentira, lo cutre y lo bello. Pero también es verdad que el internauta puede discernir, discutir, discrepar, dialogar, compartir con total libertad. Los editoriales tendenciosos de los periódicos, poco o nada tienen que decir al ciudadano del siglo XXI. Sin duda donde el Estado esté corrompido, la prensa es su principal cómplice.


EL ÁLBUM DE LA TRANSPARENCIA

Reportaje fotográfico. Pedro Taracena Gil











 





domingo, 9 de julio de 2017

FRANCO, FRAGA, ARIAS NAVARRO, SUÁREZ, CALVO SOTELO, GONZÁLEZ, AZNAR, ZAPATERO, RAJOY...


Pedro Taracena Gil




Todos son eslabones de una misma cadena irrompible... Los últimos cuatro presidentes han dado motivos para que los cuatro fueran procesados juzgados y condenados. Y esta corrupción sistémica permite que la oligarquía permanezca incólume… La podredumbre de España desde 1936 hasta nuestros días, no es cuestión de ideología, se trata de una perversión trasversal. Es la política al servicio de la oligarquía económica desde antaño, el oligopolio energético de siempre y el capital del IBEX-35. El Rey y sus lacayos, el Gobierno y sus secuaces de turno, han estado y seguirán estando al servicio de los mercaderes, no al servicio del pueblo.





Por Pedro Taracena Gil

El hilo conductor que les mantiene encadenados al mismo devenir histórico lo constituyen las oligarquías financieras y energéticas. Son los mismos perros con distintos collares. Los poderes financieros son los que movieron los hilos para que los militares dieran el golpe de estado que derrocó a la República. Si el capital no hubiera financiado el pronunciamiento militar, la Guerra Civil no la hubiera ganado el general Franco. La Iglesia le dio cobertura moral a cambio de los privilegios que aún mantiene. Es la misma oligarquía que mantuvo y gestionó la dictadura como si de un botín de guerra se tratara. Franco siempre fue un títere del capital, del cual sacó tajada. Como todos los dictadores de derechas, manteniendo el nacionalcatolicismo, dando cobertura moral al crimen despótico y dictatorial.





A la muerte del dictador, la oligarquía camuflada entre los entresijos de la dictadura, impuso bajo el pretexto de una involución, que el genocidio que ellos mismo habían financiado, quedara vergonzosamente impune. La farsa de la instauración de los Borbones en España, era una pantomima para evitar ningún atisbo de ruptura. La transición es la puesta en escena de la gran mentira de la reconciliación de los españoles. La Constitución Española de 1978 fue tutelada por los mismos que sirvieron a la dictadura y masacraron al pueblo. El Capital, el Ejército, la Iglesia y los Caciques. Los Medios de Comunicación siempre fueron serviles y lacayos del poder político subyugado al poder financiero.





El siglo XXI nos presenta un escenario donde ya han quedado desenmascarados los culpables de los crímenes legales impuestos por la Troika. La Casta. Los líderes y representantes son las marionetas de la oligarquía de siempre. En estos días es patético contemplar cómo los tres expresidentes deambulan como almas en pena, reclamando para ellos no se sabe qué éxitos y qué triunfos de sus criminales políticas. Todas ellas legales y sujetas a las leyes que ellos mismos cumplen cuando más les conviene. Que nadie dude, salvo sus secuaces, que los cuatro personajes, aquí ya incluyo al otro que aún tortura al pueblo español, pasarán a la Historia con mayúscula como los políticos más nefastos y hacedores de crímenes, eso sí, todos los crímenes legales. Han servido a la oligarquía y ninguno de los cuatro salvan el pellejo de buenos gobernantes. Estas acusaciones son rechazadas de plano por ellos mismos porque tienen aduladores y estómagos agradecidos, que se encargan de ocultar su pasado y negar la evidencia. Son las Musas de la Santa Transición, los Voceros del Régimen del 78, los Boceras del Reino y Aduladores de la Corte de los Borbones. La prensa desde siempre ha practicado sus grandes vicios históricos: El corporativismo, la dependencia total de los poderes políticos y financieros, la ausencia de crítica a los otros medios y por supuesto de autocrítica. Los medios están instalados desde siempre en la mentira apuntalada por los embustes de los políticos.





Voy a desgranar los eslabones de la cadena que han encorsetado la vida política de los españoles. Voy a obviar los aspectos positivos porque después de una dictadura, qué meritos podían tener gobernando en una democracia:

Manuel Fraga Iribarne: siguió cometiendo los mismos crímenes que cometía la dictadura.

Adolfo Suárez: engañó al pueblo y sembró el pánico para que el testamento de Franco de hacer Rey a Juan Carlos, se cumpliera sin traumas.

Felipe González: no modificó la ley lectoral porque así perjudicaba al PCE, amañó la función de Fiscal General del Estado para que fuera Fiscal General del Gobierno, tuvo su corrupción, los GAL, la ruptura con la UGT, la primera Reforma Laboral, el maridaje de PRISA con el Gobierno, el engaño de la OTAN, el caso Roldán y las Cloacas del Estado con los Fondos Reservados.

José María Aznar: nos metió en la guerra de Irak y debía de ser procesado por Crímenes de Guerra, engañó al pueblo con el terrorismo del 11 M y cobijó bajo sus alas a ladrones, mafiosos y creó a propio intento la burbuja inmobiliaria más criminal de Europa. Un diseño económico liberal provocando crímenes a corto y a largo plazo.

José Luis Rodríguez Zapatero: negación de la Crisis Económica, traicionó al pueblo español, reformando la Constitución amenazado por el BCE, impuso otra Reforma Laboral y mutiló el Principio de Justicia Universal.

Mariano Rajoy: sin duda el peor de todos. El más torpe, terco, parco, embustero y lacayo de la Troika. Está instalado como ninguno en la mentira. Ha “desgobernado” no con poder de una mayoría absoluta, sino con poder absolutista. Sus leyes y decretos han provocado crímenes legales. Pero auténticos crímenes reales: Desigualdad, hambre, desahucios, paro… Ha cercenado la educación, provocando el exilio de los jóvenes y científicos. Ha recortado la sanidad, provocando muertes inminentes y prematuras. La dependencia ha quedado reducida a la miseria. La reforma laboral comete crímenes todos los días, implantando el sistema de esclavitud del siglo XIX. Y dodos estos crímenes los ha tratado de ocultar lanzando la Ley Mordaza, la joya de la corona de su nefasto mandato. Este personaje es el capo de una banda criminal y la corrupción de él y de su partido no tiene parangón en España ni en Europa.





Y como conclusión es fácil comprender que la cadena de perversión que nos ha gobernado, no se ha roto ni tampoco se romperá por ningún eslabón, porque las leyes de la Santa Transición están hechas a la medida sobre todo de los cuatro caciques que ahora vienen dando lecciones de honestidad en España y fuera de ella. Y nadie tiene la valentía de decirles que son como en China, La Banda de los Cuatro. Basta con leer el artículo 124 de la Constitución para observar que debido a la interpretación torticera de su apartado 3, donde dice que la ley regulará el estatuto orgánico del Ministerio Fiscal, esta ley ha convertido al fiscal general del estado en Fiscal General del Gobierno. No obstante, somos muchos los españoles que nos hemos dado cuenta de que el Fiscal no puede acusar al Gobierno porque es su jefe. De otro modo, los cuatro presidentes han dado motivos para que los cuatro fueran procesados juzgados y condenados. Y esta corrupción sistémica permite que la oligarquía permanezca incólume…









La podredumbre de España desde 1936 hasta nuestros días no es cuestión de ideología, se trata de una perversión trasversal. Es la política al servicio de la oligarquía de antaño, el oligopolio energético de siempre y el IBEX-35. El Rey y sus lacayos, el Gobierno y sus secuaces de turno, han estado y seguirán estando al servicio de los mercaderes, no al servicio del pueblo.

ÁLBUM FAMILIAR























Editor: Pedro Taracena Gil

 

sábado, 8 de julio de 2017