Por Isidoro Gracia
Exdiputado
El “Brexit”, un pequeño paso
para Inglaterra, uno inmenso para un desastre.
Hace un año en este mismo medio
concluía un articulo con esta pregunta ¿Mis nietos seguirán viviendo en una
Europa en paz? Hoy tengo parte de la respuesta, y no me gusta.
El artículo se titulaba: Más
Unión Europea o vuelta a un pasado trágico. Y la reflexión de iniciaba con la
entrada: A un par de generaciones vista: ¿Cuántos pasos puede dar Europa hacia
conflictos como los que marcaron su pasado sin llegar un punto sin retorno?
Los datos que aportan las
reacciones al resultado del referendo británico, cuentan la dirección en que
nos impulsa y son bastantes claros:
a)
Los líderes de la ultraderecha europea celebran el ‘Brexit’ y piden referendos.
La francesa Le Pen, el holandés Wilders y el italiano Salvini reaccionan con
euforia, y de forma similar siguen otros líderes nacionalistas y a los que
se suma con entusiasmo Trump. (todos ellos partidarios del uso de la fuerza,
en distinto grado, en las circunstancias que ellos mismos determinan como
problemáticas)
b)
El presidente de Bulgaria aporta: "Si la UE se desintegra, seguirá una
guerra. Porque tras dos guerras mundiales, el mejor proyecto que ha realizado
la humanidad, es la Unión Europea". En particular, mencionó Kosovo y
Serbia, dos países enfrentados, que según Plevneliev no podrían vivir en paz
sin la perspectiva de una integración europea, que garantiza la paz en la
región desde hace casi dos décadas.
c)
Al propio Reno Unido se le plantean problemas en dos territorios claves,
Escocia e Irlanda del Norte. Así como el primero ha resuelto sus conflictos
mediante acuerdos sin un precedente violento próximo, al segundo los acuerdos
solo llegaron después de un periodo de extrema violencia, demasiado cercano en
el tiempo.
La Unión Europea es algo más
que una mera suma de Estados, es una creación que tuvo y aún tiene (o debería
tener) como primer objetivo salvar a la propia civilización europea del
colapso, al que se vio abocada por las continuas guerras entre vecinos.
Esto lo vieron claro, no solo los padres fundadores de la C.E. e incluso Winston
Churchill que fue uno de los primeros en propugnar la creación de unos Estados
Unidos de Europa (creo que fue en un discurso realizado en suelo alemán), sino
dirigentes relativamente próximos, en términos históricos, como Kolh,
Mitterrand, o Felipe González, incluso alguien tan poco pro Unión como
Thtacher. ¿Cómo es posible que sus actuales herederos en las funciones de
gobierno hayan perdido esta perspectiva?
Analicemos ahora el papel y
posiciones de algunos de los líderes, propios y ajenos, hacia La UE y hacia sus
estados incluido el español.
Decía Aristóteles que el que
quiera hacer algo en el terreno de la política debe ser hombre de buenas
costumbres, el hasta hoy primer ministro británico había tomado por costumbre
ligar su liderazgo a distintos referendos, en el tercero ha quemado no
solo sus naves, sino que ha comprometido la integridad de su país y además ha
puesto en las manos de xenófobos y anti europeos la estabilidad del proyecto
que históricamente ha conseguido mayores cotas de paz y libertad en este
continente.
Continuando con Aristóteles,
la virtud no solo radica en el objetivo perseguido, también el camino
elegido para lograrlo es importante. El perseguir obtener el control de los
gobiernos es consustancial con una sana ambición partidaria, pero otra lección
que el “Brexit” aporta es que hay que juzgar a los partidos, y a sus votantes,
no por lo que dicen perseguir, sino por lo que votan en realidad, el Parlamento
Europeo es un buen espejo donde obtener antecedentes. ¿Con quién ha habido las
mayores coincidencias de los votos del los euro escépticos y anti solidarios
británicos? Con dos grupos de partidos, con todos los calificados de extrema
derecha y, curiosamente, los calificados como populistas, aún cuando se
auto sitúen de izquierdas (por ejemplo, en España la coalición de partidos
Podemos, o en Italia el 5 Estele de Grillo).
Posibles conclusiones.
Las más simples: a los referendos los carga el diablo, o no es conveniente
matar moscas a cañonazos, y el refrendo es el cañón de mayor calibre en el uso
del voto. O una, algo más elaborada, se ha puesto a los votantes a reparar las
delicadas averías del Estado de bienestar, producidas por políticas de uso
masivo y poco, o nada, calculada austeridad, lo que exige herramientas tan
sofisticadas como las de los relojeros, con una llave inglesa tamaño astillero
(permítaseme un cierto y amargo humor negro).
GALERÍA DE LA TRANSPARENCIA
Fotógrafo: Pedro Taracena Gil
GALERÍA DE LA TRANSPARENCIA
Fotógrafo: Pedro Taracena Gil
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